La SEP y el CONACYT apoyan las Olimpiadas del Conocimiento y otras iniciativas para promover las vocaciones científicas
La SEP y el Conacyt están instrumentando mecanismos para apoyar a nuestras comunidades infantiles y juveniles para que puedan participar en olimpiadas y otros concursos con criterios de equidad.
La SEP y el CONACYT están promoviendo las vocaciones científicas de las comunidades infantiles y juveniles de México mediante convocatorias, apoyos a sociedades y academias que organizan olimpiadas científicas, entre otros. Estas iniciativas tienen gran tradición y deben seguir fomentándose, implementando nuevos mecanismos para estimular el interés de las niñas y los niños en las ciencias.
Los programas implementados hasta ahora no han sido suficientes para que en México los y las estudiantes tengan una buena preparación en las áreas científicas. En particular, en matemáticas la situación del país es preocupante (PISA 2015; PLANEA 2018). Las políticas de las tres últimas décadas resultaron fallidas en términos educativos y en la preparación necesaria para poder cursar y desarrollar una carrera como científicas o científicos. Es penoso que en México sólo el 0.1% de los estudiantes alcance el nivel 5 de excelencia en ciencias, según la OCDE, mientras que casi el 50% de las y los jóvenes mexicanos de 15 años desean seguir una carrera científica.
El talento científico se puede encontrar a lo largo y ancho del país. Cómo ha dicho el presidente de México, Lic. Andrés Manuel López Obrador, “también queremos que los niños de la Sierra Tarahumara puedan tener movilidad y maestros”. El nuevo CONACYT, en articulación estrecha con la SEP, está emprendiendo estrategias para promover las vocaciones científicas en las escuelas públicas desde el nivel inicial.
Como parte del Plan Nacional de Apropiación Social del Conocimiento, la SEP y el CONACYT ya han destinado varias decenas de millones de pesos para apoyar a las olimpiadas y otros programas.
Además, en abril pasado CONACYT publicó la Primera Convocatoria Nacional para Fomentar y Fortalecer las Vocaciones Científicas. Los resultados fueron publicados el pasado 17 de junio de 2019. Se recibieron 512 propuestas y fueron aceptadas 38. La evaluación fue hecha por miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y especialistas en comunicación de la ciencia y educación, aplicando con rigor el método de pares ciegos. En dicha Convocatoria se ponderaron aquellos proyectos incluyentes e innovadores con énfasis en la atención a grupos sub-representados, marginados y vulnerables.
Nos sorprendió que algunas propuestas de sociedades y academias que tradicionalmente organizan las olimpiadas no fueron aprobadas por dicho comité. Por lo mismo, la SEP y el CONACYT están implementando mecanismos alternos para que las niñas, los niños y las y los jóvenes que potencialmente participarían en las olimpiadas no sean perjudicados. Por ello, se ha convocado a dichas sociedades y academias para elaborar nuevas opciones que permitan darles continuidad.
Cabe señalar que la Sociedad Matemática Mexicana (SMM) fue apoyada por el CONACYT durante el primer semestre con 1.6 millones de pesos, y participó en la Convocatoria arriba citada con tres proyectos de olimpiadas. Dos de los proyectos de la SMM no fueron aprobados mientras que el tercero apenas alcanzó el umbral de aprobación (6.0 puntos) sin lograr ser aceptado para la asignación de recursos, para lo que se estableció la calificación mínima de 8.0.
El Gobierno de la Cuarta Transformación está comprometido con promover la formación de las niñas y los niños mexicanos para que desarrollen vocaciones científicas desde edades tempranas. En reuniones sostenidas la semana pasada con los representantes de las academias y sociedades científicas se acordó la articulación y se les invitó a colaborar en un programa nacional de largo alcance, unificado, integral, riguroso e inclusivo de Vocaciones Científicas. Esta iniciativa del CONACYT complementa los esfuerzos de la SEP para fortalecer a la Nueva Escuela Mexicana y con los de Presidencia de la República quien coordina la Estrategia Nacional de Lectura.