Con cirugía oportuna, especialistas del IMSS tratan a niños con atresia de vías biliares antes de los 2 meses de edad.
Puede causar cirrosis e insuficiencia hepática, por la obstrucción para excretar la bilis hacia el intestino.
La atresia de vías biliares es un problema del hígado que afecta a los recién nacidos que se manifiesta por una coloración amarilla de la piel y conjuntivas (ictericia); para solucionarlo, desde 2013 el IMSS implementó el Lineamiento para el diagnóstico oportuno de este padecimiento, con el fin de realizar una cirugía antes que avance la enfermedad, de preferencia antes de los 45 días de vida.
La Jefa del Departamento de Gastroenterología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, Judith Flores Calderón, explicó que esta malformación obstruye el paso de bilis hacia el intestino, y si los bebés no son atendidos a tiempo se puede ocasionar inflamación, cirrosis progresiva o insuficiencia hepática.
Destacó que en el IMSS se brinda tratamiento quirúrgico, llamado porto entero anastomosis, con el que se restituye el flujo biliar siempre y cuando el paciente tenga menos de tres meses de edad, ya que después de este tiempo el hígado se encuentra muy dañado e inclusive con cirrosis.
Precisó que si el procedimiento no se hace en forma temprana, ya establecida la cirrosis biliar, el único tratamiento quirúrgico en algunos casos podría ser el trasplante hepático.
Se desconoce la causa de esta malformación, explicó la especialista, pero se considera la influencia de factores inmunológicos, tóxicos y virales para este cuadro que se presenta en todas partes del mundo y afecta de uno a 18 mil recién nacidos vivos, aproximadamente.
La doctora Flores Calderón resaltó que la atresia de vías biliares se manifiesta durante el período neonatal con ictericia, evacuaciones pálidas y distensión abdominal por crecimiento del hígado, en un niño que aparentemente se encuentra en buen estado de salud.
Reiteró la importancia de sospechar el diagnóstico ante la presencia de evacuaciones pálidas por falta de bilis en el intestino y la retención de ésta en el hígado causa daño progresivo a cirrosis hepática.
Las complicaciones son hemorragias por alteración en los tiempos de coagulación; albúmina baja que condiciona retención de líquidos y presentan lo que se conoce como hidropesía.
Además, añadió, también se retienen sustancias tóxicas para el organismo, como el amonio, el cual pasa al sistema nervioso central y provoca encefalopatía, con cambios en el estado de alerta y la conducta.
La gastroenteróloga del Seguro Social indicó que otra de las complicaciones es la hipertensión portal, ocasionada por la obstrucción al flujo sanguíneo proveniente de la vena porta; la obstrucción provoca que la sangre fluya hacia el estómago y el esófago formando várices esofágicas y gástricas que pueden romperse y ocasionar sangrado.
Recomendó que los padres estén atentos a la coloración de la piel, conjuntivas y evacuaciones del bebé; y de ser el caso, acudir de inmediato a la Unidad de Medicina Familiar para ser diagnosticado con oportunidad y ser referido para cirugía al Hospital de Pediatría en el CMN Siglo XXI o al de La Raza.