El motor Bóxer de BMW cumple 100 años siendo insuperable
Múnich. Martin Stolle era un joven ingeniero talentoso en el departamento de desarrollo de BMW y se estaba divirtiendo mucho manejando su motocicleta de la marca británica Douglas. Después de la Primera Guerra Mundial, a sus empleadores, como a todas las compañías alemanas, se les prohibió producir motores de avión. Mantuvieron la cabeza fuera del agua gracias a motores en línea de cuatro cilindros de gran cilindrada para camiones, tractores y embarcaciones. Se necesitaba crear un nuevo producto para asegurar un futuro permanente. Martin Stolle tuvo una brillante idea. Inspirado por el motor que impulsaba su máquina Douglas, diseñó un motor bicilíndrico, refrigerado por aire, de 500 cc, con cámaras de combustión opuestas horizontalmente. Este tipo de disposición de motor ya se conocía como motor Bóxer, en el que los pistones siempre funcionaban «uno contra uno» similar a los practicantes de boxeo en una pelea. La unidad de potencia impresionó a los aficionados con su excelente rendimiento de funcionamiento, suave desde el principio; una cualidad que continúa entusiasmando a los fanáticos de las motocicletas BMW impulsadas por motores Bóxer hasta el día de hoy.
En 1920, comenzó la producción del nuevo motor Bóxer. En ese momento, Stolle tenía tan solo 34 años y su diseño del motor Bóxer se basaba en el buen funcionamiento y la fiabilidad. En su diseño inicial, se propuso generar 6.5 hp a 4,500 rpm. La nueva unidad de potencia se suministró a varios fabricantes de motocicletas bajo la designación de ventas «Bayern-Kleinmotor» (Pequeño Motor de Baviera). Y pronto el desarrollo de Stolle se instaló en motocicletas de las marcas Helios, Bison, SMW (Stockdorfer Motoren Werke), Corona y Hoco. Las motocicletas más exitosas fueron fabricadas por Nürnberger Victoria-Werke, cuyo modelo KR 1 impulsado por el «Bayern-Kleinmotor» de BMW atrajo a un gran número de compradores. Sólo en este modelo se instalaron más de 1,000 ejemplares del primer motor Bóxer de BMW.
Dos años después del lanzamiento de las ventas del nuevo éxito de ventas de BMW, Martin Stolle siguió los pasos de «su» motor. Cambió de compañía y se mudó a Victoria-Werke, donde estuvo involucrado en otros desarrollos exitosos de motocicletas.
En Múnich, su legado no sólo fue un innovador concepto de motor, sino también una inspiración pionera para el futuro de BMW. La compañía estaba destinada a avanzar en dos ruedas.
Habiendo proporcionado pruebas impresionantes de su maestría en ingeniería con el motor aéreo IIIa, Max Friz, ingeniero en jefe de BMW, ahora estaba explorando nuevos horizontes. Lo siguiente fue una motocicleta, pero para eso necesitaba algo de paz y tranquilidad. Su solución fue mover un gran tablero de dibujo a la habitación de huéspedes de su casa, ubicada frente al sitio de la planta. Así fue que, en diciembre de 1922, este entorno silencioso fue testigo del nacimiento de una nueva motocicleta. Su característica distintiva era el motor Bóxer, favorecido por una robusta transmisión final de eje cardán, en lugar de una cadena o banda. Además, Friz atornilló la caja de cambios directamente al motor. El resultado fue una motocicleta refrescantemente armoniosa, una que fue inmediatamente bien recibida.
Conocida internamente como la R 32, la primera motocicleta de BMW fue presentada al público, en septiembre de 1923, como «La Motocicleta Touring de Bayerische Motoren Werke». La R 37, presentada un año después, fue comercializada como la «Sportmodell». El sistema de nombres de modelos conocido hoy, no se introdujo sino hasta la llegada de la R 42, en 1926.
El arreglo de motor Bóxer con transmisión final por cardán y caja de cambios atornillada al motor, sigue vigente hasta nuestros días, en las motocicletas de la Serie R de BMW, dando fe del legado de Martin Stolle y Max Friz, a 100 años de la creación del primer motor Bóxer de BMW.