20 de noviembre de 2024

OPINIÓN | 21 de mayo: Día Mundial del jubilado altruista

En el medio de las organizaciones civiles sin fines de lucro coinciden numerosas personas que, una vez terminado su ciclo laboral deciden dedicar su vida en forma altruista a trabajar para mejorar diversas deficiencias sociales

Día Mundial del jubilado altruista

Día Mundial del jubilado altruista

Por Fernando de Jesús Hernández Estrada

Hoy en día, la expectativa de vida en México es de 74.8 años en promedio, (72 años en hombres y 80 años en mujeres). En 1930 la expectativa de vida era de 34 años; para 1971 creció la esperanza de vida a 61 años y hace apenas 20 años, -ya en el siglo XXI-, la posibilidad de vida llegó hasta 72.

Lo anterior nos permite asegurar que hemos avanzado mucho en esperanza de vida. Los mexicanos vivimos más años que antes y debido a las mejoras tecnológicas y sociales también logramos incrementar la calidad de vida. Ésta, es una medida compuesta de bienestar físico, mental y social, pero además, de felicidad, satisfacción y recompensa.

También incluye aspectos como salud, matrimonio, familia, trabajo, vivienda, situación financiera, oportunidades educativas, autoestima, creatividad, competencia, sentido de pertenencia a instituciones y confianza en otros. Además abarca aspectos subjetivos como el disfrutar del tiempo libre para un hobby o el logro de objetivos de vida pospuestos.

El concepto de jubilación define el cese de la situación de trabajo remunerado dentro del mercado laboral del trabajador, para pasar a una fase de descanso también remunerado, a la edad oficial de 65 años. Es ya conocido por la Psicología que las personas jubiladas que se quedan en la mecedora (expresado así para dar a entender a aquellos jubilados que sólo dedican su tiempo libre al reposo y alejamiento del contacto y necesidades de la comunidad), presentan de manera más temprana situaciones de riesgo cardiovascular y patologías psicosomáticas, derivadas muy probablemente por déficit de autoestima, autorrealización y sensaciones de logro y plenitud personal, en tanto que, aquellos que dedican su vida al altruismo (entendido como la tendencia a ayudar a los otros de manera desinteresada), presentan una vida más duradera y sana en los tres planos de la integralidad del ser humano que son lo biológico (Salud física) lo psicológico (Salud mental) y los social (Salud cultural, ecológica y social).

A nivel mundial, los seres humanos en edad de retiro, ahora se encuentran en posesión no sólo de sus facultades físicas, sino también de sus capacidades creativas, de relaciones públicas e interacción social. En contraste con épocas pasadas en las que un jubilado era prácticamente un anciano con gran desgaste físico y mental, que sólo descansaba plácidamente, charlando con los nietos de épocas pasadas, añorando un mundo ido y esperando paciente pero sin remedio, el momento inevitable de la muerte.

En otras palabras, hoy los viejos ya no se ven tan viejos y conservan en un cien por ciento su potencial productivo. Esto hace que socialmente aún tengan la capacidad de aportar su experiencia, sus capacidades adquiridas y su creatividad. Esa edad en la cual, teóricamente, ha logrado ver satisfechas sus necesidades materiales, afectivas y de autorrealización, por lo que, podrían proporcionar a la comunidad mucho de su conocimiento experiencia y sabiduría. Algunas personas en situación de jubilación con frecuencia tienen la necesidad espiritual de ofrecer sus capacidades  físicas e intelectuales para un fin de beneficio común, sin deseo de obtener beneficio económico.

A esto se le llama altruismo. El término altruismo se refiere a la preocupación o atención desinteresada por los otros.

Así como el 14 de junio es el día mundial del donante altruista de sangre, se ha instaurado el 21 de mayo como el día mundial del jubilado altruista. En el medio de las organizaciones civiles sin fines de lucro coinciden numerosas personas que, una vez terminado su ciclo laboral deciden dedicar su vida en forma altruista a trabajar para mejorar diversas deficiencias sociales que se perciben y a las cuales se afilian de acuerdo a la propia visión que del mundo tiene cada uno.

Así como los encontramos apoyando personas con discapacidad, animales en desamparo, mujeres víctimas de violencia, adolescentes en riesgo de delinquir, niños y niñas en riesgo de violencia física y sexual, etcétera. Las diferentes causas siempre responden a situaciones que son percibidas como déficits del Estado el cual debe ser garante de las condiciones de desarrollo apropiadas para la vida plena de los ciudadanos.

Por este medio, es muy importante realizar un exhorto a todos aquellos trabajadores que, una vez cumplido su ciclo laboral, se encuentran en esa circunstancia específica de diseñar un proyecto de vida post-laboral y contemplen la posibilidad de colaborar en asociaciones civiles para trabajar en pro de alguna necesidad social. En los EEUU, las personas que trabajan en asociaciones civiles son muy respetados y se les ofrecen preferentes consideraciones de carácter social y fiscal.

En México las necesidades son muchas y el aporte de los jubilados en actividades altruistas deberá ser promovido, estimulado y siempre reconocido. Por esta  razón, saludamos con mucho respeto a todos aquellos que donan su tiempo y talento para apoyar las diferentes causas sociales y expresamos una invitación formal para que todas aquellas personas que se encuentren en un estado de jubilación o pensión laborales, se acerquen a alguna organización sin fines de lucro para integrarse a ella y participar en actividades que beneficiarán a su comunidad para la creación de una mejor patria, regresando a la educación en valores basada en el esfuerzo, el respeto y la tolerancia.

Todo ello, además, tendrá el  beneficio de proporcionar al que ofrece su tiempo de forma altruista, de sentirse útil y construir una  mejor autoestima y sensación de plenitud personal, porque lo  identificará como un agente social de engrandecimiento de la nación. ¡Feliz día del jubilado altruista!

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