17 de noviembre de 2024

Israel participa en unos ejercicios militares en Marruecos por primera vez

Dos años después de la normalización entre Rabat y Tel Aviv, se vuelve a producir un nuevo hito en una relación bilateral que no deja de mejorar

Israel ya sabe lo que es participar en un ejercicio militar en suelo marroquí. En un comunicado, el Ministerio de Defensa israelí anunció que dos oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el agregado militar del país hebreo en Marruecos habían participado como observadores en las maniobras internacionales African Lion, efectuadas en el reino alauí entre el 20 y el 30 de junio.

 

Hasta 10 países tomaron parte en este ejercicio, entre ellos Estados Unidos, Francia, Brasil, Italia o el Reino Unido, así como observadores de la OTAN, sumando un total de 7.500 efectivos que fueron desplegados en las ciudades marroquíes de Agadir, Kenitra, Tan-Tan, Tarudant y Mahbes.

 

“La participación de Israel en el ejercicio es otro paso en el reforzamiento de nuestras relaciones de seguridad”, rezó el comunicado israelí. Estas son las segundas maniobras militares en las que participan ambos Ejércitos, tras el envío de una unidad de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) marroquíes a unos ejercicios internacionales antiterroristas en el sur de Israel.

 

Unos vínculos históricos

Marruecos e Israel han contado con fuertes vínculos desde hace décadas, pero el Reino rompió las relaciones con el país hebreo durante la Segunda Intifada en Palestina, si bien mantuvo una importante cooperación no oficial. No obstante, en 2020 Rabat se unió a Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán dentro de los Acuerdos de Abraham, normalizando sus relaciones con Tel Aviv.

 

Entonces, Marruecos obtuvo a cambio el reconocimiento de la Administración Trump a la marroquinidad del Sáhara Occidental, un fuerte espaldarazo diplomático a los esfuerzos del Reino de resolver el conflicto a través de un plan de autonomía.

 

Desde entonces, las relaciones bilaterales con Israel han mejorado con rapidez, especialmente en el ámbito de la defensa. En noviembre, Benny Gantz se convirtió en el primer ministro de Defensa israelí en realizar una visita pública al país norteafricano, firmando un memorándum de entendimiento para solidificar las relaciones de seguridad entre los dos países, el primer acuerdo de este tipo efectuado por Tel Aviv con un país árabe.

 

Además, en marzo, altos cargos de las FDI israelíes protagonizaron la primera visita oficial de las Fuerzas Armadas del país hebreo al Reino, y la semana pasada hizo lo propio la ministra de Interior israelí, Ayelet Shaked, profundizando todavía más la cooperación militar bilateral.

 

 

Por su parte, recientemente, el entonces titular de Exteriores y ahora primer ministro interino israelí, Yair Lapid, mostró el apoyo de Tel Aviv al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, afirmando que Israel colaboraría para oponerse a “los intentos de debilitar la soberanía y la integridad territorial marroquíes”.

 

Un socio militar clave

Marruecos lleva varios años potenciando sus Fuerzas Armadas, buscando igualar las capacidades argelinas, y una mayor cooperación con Israel puede abrirle la puerta de una potente industria de defensa y un aumento del intercambio de inteligencia con la potente agencia israelí, el Mosad.

 

Además, un reforzamiento de la relación con Israel también puede suponer un aumento de la cooperación con Estados Unidos, socio militar clave, y evitar un potencial giro de 180 grados en la cuestión del Sáhara por parte del Despacho Oval, como piden algunas voces en Washington.

 

 

El rey de Marruecos, Mohamed VI, preside el conocido como Comité Al-Quds, un órgano de la Organización de Cooperación Islámica destinado a apoyar la causa palestina, pero esto no ha impedido que los vínculos de defensa e inteligencia entre el Reino e Israel no dejen de aumentar.

 

La semana pasada los ministros de Asuntos Exteriores de Marruecos, Israel, EAU, Estados Unidos, Egipto y Bahréin se reunieron en Manama para establecer el Foro de Néguev, en lo que un alto cargo israelí definió como “el inicio de una alianza regional”.

 

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