18 de diciembre de 2024

Cambios visibles en las aves por el efecto cambio climático

El cambio climático afecta incluso a los animales más pequeños del planeta

México, 19 de octubre del 2022. En Wytham Forest, Reino Unido, los grandes carboneros, científicamente llamados Parus major, ponen huevos un mes antes. Así lo revela el estudio más largo del mundo de una población animal etiquetada individualmente.

 

El estudio Great Dit de Wytham es de gran ayuda para comprender los efectos del cambio climático en las aves: «Habiéndolo visitado varias veces, sé cuán fundamental ha sido este trabajo, y otros similares, para nuestra comprensión de los impactos del cambio climático en el mundo natural”, dice el naturalista             

 

Los biólogos habían comenzado a examinar estas aves en el bosque de Oxfordshire en la primavera de 1947. Este bosque, ubicado al oeste de Oxford, se ha convertido en un verdadero «laboratorio viviente», como lo llaman los biólogos

 

Los carboneros se apoderan rápidamente de las cajas nido colocadas por los investigadores, se reproducen fácilmente y no se alejan mucho del lugar donde nacieron.

 

El 27 de abril de 1947, investigadores de la Universidad de Oxford presenciaron la puesta de los primeros huevos de carboneros en este emblemático bosque de Wytham. Mientras que, en 2022 el primer desove del año se produjo el 28 de marzo, un mes antes que hace 75 años.

 

«Este cambio es una señal clara de los efectos del cambio climático en una de nuestras aves de bosque y jardín más conocidas. Son estudios como este los que nos permiten determinar las consecuencias de los cambios y cuáles podrían ser en el futuro», dice el profesor Ben Sheldon, quien ahora dirige el estudio del Carbonero Común.

 

Según los científicos, la especie se adapta a su dieta. Porque las orugas de las que se alimentan aparecen antes en primavera, porque las hojas de las que se alimentan llegan cada vez antes cada año

 

En 75 años de observación, los investigadores lograron acumular más de 1,200 cajas nido de ubicación fija en Wytham Forest. Ahora, los científicos pueden confiar en nuevas tecnologías como etiquetas electrónicas, sensores remotos, cámaras e incluso pruebas genéticas para estudiar el genoma de las especies y comprender su evolución.

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