¿Es posible que la prescripción de opioides repercuta en la función cognitiva de adultos mayores?
Investigadores de Mayo Clinic creen que los resultados de su estudio podrían ayudar a reducir la repercusión negativa de la prescripción de opioides en la función cognitiva
Ciudad de México, abril de 2023- El uso de la prescripción de opioides puede tener un efecto negativo en la función cognitiva de los adultos mayores de acuerdo con un estudio reciente de Mayo Clinic publicado en la revista de la Sociedad Estadounidense de Geriatría. En el estudio observacional basado en la población se usaron datos del Estudio del Envejecimiento de Mayo Clinic, una iniciativa de investigación que examina el deterioro cognitivo en personas mayores desde hace casi 20 años.
El equipo de investigación descubrió que el 70 por ciento de los participantes recibió al menos una prescripción de opioides durante un promedio de 7,5 años. Cada prescripción se relacionaba con un deterioro en el desempeño cognitivo, en especial, en la memoria, el lenguaje y la atención. Quienes recibieron opioides también tuvieron un 20 por ciento más de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve, un estado de deterioro cognitivo que excede el envejecimiento normal.
«Esta información es importante para incluirla en la decisión conjunta entre los pacientes y sus profesionales de atención médica cuando se tratan las estrategias óptimas de control del dolor», dice la Dra. Nafisseh Warner, anestesióloga y especialista en medicina para el dolor.
Además de sus tareas clínicas, la Dr. Warner también está profundamente comprometida con la investigación clínica, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, y fue Académica en la Prestación de Servicios de Atención Médica de Kern en el Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic. El Programa de Académicos de la Prestación de Servicios de Atención Médica de Kern entrena a médicos «fellow» con grado de doctores y a profesorados júnior en investigación sobre los servicios de salud.
Se considera que el dolor es común en los adultos mayores y que más de la mitad de quienes son mayores de 65 años lo padecen casi todos los días. Los autores del estudio sugieren que, cuando se considera el uso de la prescripción de opioides en adultos mayores, el tratamiento debería adaptarse a cada paciente mediante evaluaciones de riesgo y beneficios, y una estrecha supervisión clínica a través del seguimiento.
Estos investigadores creen que los resultados de su estudio podrían derivar en el desarrollo de estrategias de tratamiento más eficaces para los adultos mayores y ayudar a reducir la repercusión negativa de la prescripción de opioides en la función cognitiva.
Estos investigadores creen que los resultados de su estudio podrían derivar en el desarrollo de estrategias de tratamiento más eficaces para los adultos mayores y ayudar a reducir la repercusión negativa de la prescripción de opioides en la función cognitiva.
Ellos señalan que los mecanismos por los cuales los opioides podrían derivar en deterioro cognitivo no se comprenden plenamente. La cuestión clave es saber si las asociaciones que se observan entre la prescripción de opioides y el deterioro cognitivo indican una relación causal o si la prescripción de opioides es un marcador para otras afecciones asociadas con trastornos cognitivos.
«Estos datos, si bien son convincentes, no establecen un vínculo causal entre la prescripción de opioides y el deterioro cognitivo», dice el Dr. Warner. «Sin embargo, existe una asociación clara entre los opioides y el deterioro cognitivo a largo plazo, lo que debería motivar una conversación cuando se considere la prescripción de opioides a un adulto mayor».
El Dr. Warner además declara que cualquier decisión de tratamiento se debe tomar teniendo en cuenta qué es más importante para el paciente, incluida su salud, sus metas en la vida y sus preferencias en atención médica.
«Cuando decidimos proceder con una terapia con opioides es importante optimizar otros factores que podrían proteger contra el deterioro cognitivo, como el sueño, el ejercicio y la socialización», afirma el Dr. Warner.
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