¿Por qué los porcicultores son pieza clave en la industria alimenticia mexicana?
El porcicultor es responsable del bienestar de los cerdos, garantizando que el producto final sea de alta calidad.
Ciudad de México, a 28 de octubre de 2024.- En la industria de los alimentos existe el papel del porcicultor, quien es un productor especializado en la cría, cuidado y manejo de cerdos con el objetivo de abastecer la demanda de este tipo de carne de manera segura y eficiente. Su trabajo abarca desde la selección genética de los animales y la alimentación adecuada, hasta la implementación de medidas de bioseguridad que previenen enfermedades tanto para los animales como para las personas. Además, es responsable de asegurar el bienestar de los cerdos en todas las etapas de producción, garantizando que el producto final sea de alta calidad y cumpla con los estándares de inocuidad alimentaria.
En noviembre se celebra el Día del Porcicultor en México, fecha para reconocer la relevancia de este sector en la economía y seguridad alimentaria del país. Actualmente, los porcicultores aseguran un suministro constante de carne de cerdo de alta calidad mientras impulsan el crecimiento de la producción. En 2023, la industria porcícola mexicana alcanzó 1.77 millones de toneladas y se espera llegar a 1.81 millones en 2024. Además, el avance en prácticas sanitarias y tecnológicas permite que México sea un referente mundial en la porcicultura, ocupando el octavo lugar en producción a nivel mundial con una participación de 2.3%.1
En este contexto, Olivia Azlor, Directora de la Unidad de Porcicultura de MSD Salud Animal en México, destacó la participación de los porcicultores en la industria nacional. «Su trabajo va más allá de la cría de cerdos, ya que su labor impacta directamente en la seguridad alimentaria del país. A través de procesos rigurosos de control sanitario, los productores porcícolas aseguran que la carne de cerdo que consumen millones de mexicanos sea segura, inocua y cumpla con los más altos estándares de calidad», explicó.
México cuenta con una sólida infraestructura productiva, concentrándose principalmente en estados como Jalisco, Sonora y Puebla. De acuerdo con datos de OPORMEX, el consumo per cápita de carne de cerdo en el país se estima en 19.6 kg anuales, reflejando la importancia de este producto en la ingesta diaria. Además, la tecnificación en las granjas y los avances en salud animal han permitido una producción eficiente, con un enfoque en la calidad y seguridad alimentaria.
«La inocuidad de los alimentos es una prioridad que no solo depende de las instalaciones o tecnología, también de las acciones diarias de los porcicultores, quienes vigilan de cerca la salud de sus animales, garantizando que no existan riesgos para el consumidor final. De esta manera, se aseguran de entregar un producto que respalde el bienestar y la nutrición de las familias mexicanas», agregó Olivia Azlor.
La porcicultura además de ser una labor agropecuaria; es una disciplina que involucra conocimiento técnico, innovación y un profundo compromiso con la calidad. Los porcicultores, en colaboración con actores como MSD Salud Animal, implementan prácticas avanzadas en sanidad animal, vacunación y control de enfermedades lo que permite una producción eficiente y segura.