8 de enero de 2025

La movilidad sostenible: clave para el cumplimiento de los ODS

La movilidad sostenible no solo abarca la infraestructura de transporte, también nuevos estilos de vida para los habitantes de las ciudades.

movilidad sostenible
  • POR Alberto Bajjali, CEO de Amovens

 

08 de enero del 2025.- En un contexto donde la urbanización se expande rápidamente, las ciudades están obligadas a liderar la transformación hacia un futuro más saludable e inclusivo para todos sus habitantes. Todo ello implica orientar las urbes y las vidas de sus ciudadanos hacia realidades más sostenibles. Las políticas públicas y las organizaciones ya están adaptando (o lo intentan) sus estrategias para un nuevo modelo de ciudad, en el que la movilidad juega un papel crucial. Esta movilidad sostenible no solo abarca la infraestructura de transporte, sino también nuevos estilos de vida para los habitantes de las ciudades.

 

Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, el 55% de la población mundial vive actualmente en ciudades, y se estima que esta cifra aumentará en un 13% para 2050. Esto significa que, para esa fecha, aproximadamente 2,5 mil millones de personas más se trasladarán a áreas urbanas, lo que implica una presión sobre las infraestructuras de transporte existentes. Además, se prevé que para el año 2030, las ciudades representen alrededor del 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Este crecimiento urbano subraya la urgencia de replantear la manera en la que nos desplazamos, impulsando la transformación hacia un transporte que sea eficiente, limpio y accesible para todos.

 

Es por ello que dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible la movilidad es un pilar fundamental, principalmente en el Objetivo 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles. Este objetivo, además de buscar mejorar el acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles y sostenibles, también busca reducir el impacto ambiental de las ciudades. En particular, se enfoca en la calidad del aire, la reducción de emisiones y el uso responsable de los recursos energéticos, elementos clave para enfrentar el cambio climático y mejorar la vida urbana. De esta manera, la movilidad sostenible se convierte en un pilar fundamental para construir ciudades más habitables y viables, alineadas con la Agenda 2030 y los principios de desarrollo sostenible.

 

Para cumplir este objetivo es crucial que las ciudades tengan un sistema de transporte urbano eficiente que no solo reduce la contaminación del aire, sino también disminuye el uso de energía y acorta los tiempos de desplazamiento, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos. Ciudades como Ámsterdam y Copenhague ya están a la vanguardia de este cambio. Ámsterdam ha fomentado el uso de la bicicleta como principal medio de transporte y Copenhague ha implementado un sistema de transporte público alimentado en su mayoría por energía renovable y vehículos eléctricos. Estas iniciativas no solo mejoran el entorno urbano, sino que también fomentan hábitos de movilidad más sostenibles entre los ciudadanos. Todo ello es posible gracias a gobiernos comprometidos con cumplir los objetivos de la Agenda 2030, demostrando que el liderazgo político es fundamental para avanzar hacia un modelo de movilidad más limpio y eficiente.

 

La movilidad sostenible no solo se refiere a la adopción de un solo medio de transporte, sino a la integración de múltiples opciones que permiten a los ciudadanos elegir la más conveniente. La creación de infraestructuras que faciliten la conexión entre bicicletas, transporte público y vehículos compartidos es esencial. Esto no solo mejora la eficiencia del sistema de transporte, sino que también ofrece a los usuarios alternativas más accesibles y flexibles, adaptándose a sus necesidades y horarios. Por ejemplo, la inclusión de carriles bici seguros y estaciones de carga para vehículos eléctricos dentro de los espacios públicos puede fomentar su uso, o el alquiler de coches entre particulares, a través de plataformas digitales, ha ganado popularidad como una alternativa eficiente y económica, permitiendo a las personas acceder a vehículos solo cuando los necesitan, lo que contribuye a reducir el número total de coches en circulación.

 

Además de la relación directa con el Objetivo 11, la movilidad también afecta a otros ODS relacionados con la salud, la energía y el cambio climático, como por ejemplo, el ODS 3, que busca garantizar la salud y el bienestar para todos. Fomentar alternativas de movilidad sostenible, como el uso de bicicletas, caminar, el transporte eléctrico y el alquiler de coches entre particulares, tiene un impacto directo en la salud pública. Al reducir la contaminación del aire, se disminuye la incidencia de enfermedades respiratorias crónicas, como el asma o la bronquitis. Por otro lado, reducir el tráfico de las calles, y con él el ruido, contribuye directamente a la salud mental, reduciendo el estrés y la ansiedad. En concreto, el alquiler de coches entre particulares optimiza el uso de vehículos y reduce la cantidad de coches en circulación, lo que también ayuda a disminuir las emisiones y el tráfico.

 

En España más del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero son causadas por el transporte, lo que lo convierte en un sector clave en la lucha contra el cambio climático y en el cumplimiento del ODS 13, que aboga por la acción climática. Este enfoque es crucial para lograr un futuro sostenible y resiliente, donde la movilidad y la protección del clima vayan de la mano, impulsando así una transformación positiva en nuestras ciudades y comunidades.

 

El camino hacia un modelo de movilidad sostenible también se ve impulsado por innovaciones tecnológicas que están revolucionando la forma en que nos desplazamos. Por un lado, la proliferación de vehículos eléctricos está redefiniendo el transporte privado al ofrecer alternativas limpias que disminuyen la dependencia de combustibles fósiles y reducen significativamente las emisiones de CO2. En el ámbito del transporte público, la introducción de buses eléctricos y trenes de alta velocidad representa un avance significativo hacia un transporte más ecológico y eficiente, promoviendo el uso de alternativas que minimizan la huella de carbono. Plataformas como Amovens, Lime o Bicing, han facilitado el acceso a formas de transporte compartido y sostenibles. Estas plataformas no solo hacen más sencillo para los ciudadanos compartir vehículos o alquilar bicicletas y patinetes eléctricos, sino que también fomentan un uso más eficiente de los recursos y nuevas alternativas a los vehículos privados. Gracias a estas innovaciones tecnológicas, la movilidad compartida y sostenible se ha convertido en una opción viable y atractiva para un gran número de personas.

 

No solo las políticas públicas son clave en la transición hacia una movilidad sostenible, sino que el cambio en los hábitos de los ciudadanos es igualmente esencial. Cada vez más personas están tomando conciencia de los beneficios del transporte sostenible, no solo en términos de impacto ambiental, sino también en cuanto a su salud, economía y bienestar. El uso compartido de vehículos, el transporte público, caminar y desplazarse en bicicleta son prácticas que están ganando terreno en muchas ciudades. Este cambio de mentalidad refleja un compromiso individual con la sostenibilidad que complementa y presiona los esfuerzos institucionales, creando una sinergia entre ciudadanos y gobiernos en la lucha por ciudades más limpias y eficientes.

 

Este cambio de hábitos hacia una movilidad sostenible y respetuosa no sería posible sin un cambio profundo en la mentalidad de los ciudadanos. Para ello es imprescindible dar importancia a la educación, programas educativos y campañas de sensibilización que desempeñan un papel crucial en promover el uso de medios de transporte más ecológicos.   Además, fomentar una mentalidad proactiva respecto al transporte sostenible desde una edad temprana no solo beneficiará la salud pública, sino que también generará ciudadanos más responsables y comprometidos.

 

Adoptar nuevas alternativas y formas de entender la movilidad no es una opción más, sino una necesidad urgente si queremos cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y garantizar un futuro inclusivo, saludable y respetuoso con el planeta. A medida que el cambio climático avanza y las ciudades crecen, adoptar sistemas de transporte limpios, accesibles y eficientes es esencial para proteger tanto el medioambiente como el bienestar de las personas. Si no se toman medidas a tiempo, los impactos negativos serán irreversibles, afectando no solo a la calidad de vida, sino también a la estabilidad económica y social.

 

La movilidad sostenible es una pieza fundamental para enfrentar los retos de urbanización y cambio climático que marcan nuestro tiempo. Las soluciones tecnológicas y las políticas públicas son cruciales, pero es igualmente vital el papel de cada ciudadano en adoptar hábitos más responsables y respetuosos con el medioambiente. El éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no depende únicamente de los gobiernos o de las grandes organizaciones, sino de una colaboración activa y consciente entre todos los actores de la sociedad

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