Zonas Francas en Costa Rica: el nuevo estándar que combina tecnología, sostenibilidad y experiencia
El futuro de las zonas francas en Costa Rica no depende únicamente de los incentivos fiscales, sino de ofrecer espacios de trabajo integrales.
San José, Costa Rica. 10 de septiembre del 2025. – Las zonas francas se han consolidado como el motor de la economía costarricense. Más de 402 multinacionales operan bajo este régimen, generando alrededor de 200.000 empleos directos e indirectos y más del 60% de las exportaciones nacionales, según datos de CINDE. Sin embargo, en un entorno global cada vez más competitivo, los incentivos fiscales ya no son suficientes: el verdadero diferenciador está en los espacios de trabajo.
Hoy las empresas no solo buscan metros cuadrados, sino entornos integrales capaces de potenciar la productividad, la innovación y el bienestar. Espacios diseñados a la medida de cada operación —desde oficinas hasta laboratorios o centros de servicios—, con tecnología incorporada desde la planeación y ambientes que transmiten identidad corporativa al mismo tiempo que fomentan colaboración y retención de talento. En un país donde los profesionales STEM y bilingües son altamente demandados, la calidad del espacio laboral se ha convertido en un factor estratégico para atraer y retener al mejor talento.
La sostenibilidad es otro sello que distingue a Costa Rica. Más del 40% de las edificaciones nuevas en zonas francas buscan certificaciones internacionales como LEED, EDGE o WELL, lo que convierte a parques como Coyol Free Zone y La Lima Free Zone en referentes regionales. Para inversionistas y multinacionales, este compromiso ESG es ya un requisito indispensable a la hora de decidir dónde operar.
En este proceso, aliados especializados juegan un rol clave. Firmas como JLL han acompañado a multinacionales en la gestión de proyectos de construcción y adecuación, ofreciendo un único punto de contacto, control riguroso de tiempos y costos, y la implementación de herramientas tecnológicas de gestión.
“El futuro de las zonas francas en Costa Rica no depende únicamente de los incentivos fiscales, sino de la capacidad del país para ofrecer espacios de trabajo integrales, con experiencia y tecnología de primer nivel. Estos entornos son hoy una ventaja competitiva para atraer inversión, impulsar innovación y fortalecer el talento humano que sostiene la economía del conocimiento”, señala Sofía Rodríguez, del equipo de Project and Development Services en JLL Costa Rica.
Con este enfoque, Costa Rica no solo atrae capital extranjero, sino que se posiciona como líder en América Latina en la transformación del real estate corporativo, al ofrecer entornos que combinan eficiencia, innovación, sostenibilidad y experiencia.
