19 de diciembre de 2025

Te están vigilando: cómo rastrear un número de teléfono cambió nuestra idea de privacidad

Te están vigilando: cómo rastrear un número de teléfono cambió nuestra idea de privacidad

Cuando María Sánchez perdió su smartphone Android en Plaza Insurgentes, hizo lo que millones hacen en esa situación: buscó cómo rastrear un número de teléfono a través de Encontrar mi dispositivo de Google. Minutos después, observaba cómo el punto azul atravesaba Reforma rumbo a Tepito. La policía interceptó al ladrón antes de que llegara. «Ni siquiera tuve tiempo de cancelar mi tarjeta del Oxxo», bromea ahora.

Pero la misma tecnología que permitió rastrear un número de teléfono y recuperar su dispositivo ha generado una industria de vigilancia valuada en miles de millones, planteando preguntas inquietantes sobre los límites entre seguridad e invasión a la privacidad.

Una nueva era de vigilancia digital

La capacidad de cómo rastrear un número de teléfono pasó de función de nicho a necesidad cotidiana. Los robos de smartphones aumentaron 24% globalmente el año pasado. En la Condesa, Polanco y Santa Fe, los asaltos de teléfonos en restaurantes y cafeterías se volvieron tan comunes que algunos establecimientos ofrecen «ganchos anti-robo» en las mesas. El cibercrimen mediante llamadas fraudulentas cuesta a los consumidores miles de millones anualmente.

Sin embargo, lo que comenzó como herramienta para encontrar teléfono por número evolucionó en algo más complejo. Padres rastrean cada movimiento de sus hijos. Empleadores monitorean dispositivos corporativos. Parejas celosas instalan software espía. Y las autoridades usan datos de ubicación para investigar crímenes, a veces sin orden judicial.

«Creamos una infraestructura tecnológica de vigilancia total y la llamamos seguridad», explica la doctora Elena Rodríguez, profesora de ciencias computacionales en la UNAM especializada en privacidad digital.

La tecnología detrás del rastreo telefónico

El rastreo de llamadas y ubicaciones se apoya en múltiples tecnologías. El GPS utiliza señales satelitales con exactitud de metros, pero funciona mal en el Metro de la CDMX o en edificios de Insurgentes. Ahí entra la triangulación Wi-Fi, que mide intensidad de señal de puntos cercanos.

La verdadera revolución ocurre con inteligencia artificial. Los sistemas avanzados analizan comportamiento del usuario y patrones de movimiento para predecir ubicaciones incluso cuando el rastreo está desactivado. Si todos los viernes a las 8pm estás en la Zona Rosa, el algoritmo ya lo sabe. Y tu pareja también, si tiene la app correcta.

Google perfecciona constantemente sus métodos para ubicar un móvil Android. La función Encontrar mi dispositivo funciona incluso cuando el teléfono está apagado, usando señales Bluetooth de otros dispositivos cercanos. En una ciudad como México, con millones de smartphones Android, es prácticamente imposible esconderse.

La industria de las aplicaciones espía

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Detrás de los servicios públicos se esconde un mercado sombrío de apps de vigilancia. Compañías como mSpy, FlexiSPY y Hoverwatch ofrecen capacidades que hacen que Encontrar mi dispositivo parezca juego de niños: grabar llamadas, leer mensajes, acceder a la cámara y hacer seguimiento telefónico, todo invisible.

Hoverwatch, una de las aplicaciones más populares para dispositivos Android en México, se promociona como herramienta de control parental y seguridad empresarial. Con precios desde 500 pesos mensuales, permite monitorear ubicación GPS en tiempo real, registrar llamadas y mensajes, e incluso capturar pantallas del dispositivo. Su instalación toma menos de cinco minutos y opera en modo invisible.

«Técnicamente son productos legales vendidos para propósitos legales», explica un analista de ciberseguridad. «Pero la línea entre control parental e invasión es extremadamente difusa. Aplicaciones como Hoverwatch pueden ser herramientas de seguridad o instrumentos de acoso, dependiendo de quién las use».

Los investigadores de seguridad advierten que estas apps se usan con mayor frecuencia para violencia doméstica, acoso y espionaje corporativo que para sus propósitos declarados. Más baratas que una comida en Polanco, pero infinitamente más invasivas.

Dilemas éticos en contexto mexicano

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En México, con más de 10 feminicidios diarios según datos oficiales, buscar número de teléfono adquiere dimensiones preocupantes. Organizaciones de derechos humanos documentan casos donde agresores usan estas herramientas para acechar víctimas.

«La tecnología de rastreo se convirtió en arma de control», señala Laura Martínez, directora de una organización de apoyo a mujeres. «Las mujeres que atendemos frecuentemente descubren que sus parejas instalaron software espía».

En la mayoría de jurisdicciones, rastrear el teléfono de alguien sin consentimiento es ilegal, excepto padres con hijos menores y empleadores con dispositivos corporativos. Pero la aplicación de la ley es difícil. «La tecnología va una década adelante», explica un abogado especializado en privacidad digital.

Cómo protegerte del rastreo no autorizado

Los expertos recomiendan desactivar servicios de ubicación para apps innecesarias. Android permite configurarlo como «solo mientras se usa la app» en la configuración de permisos. La revisión regular de permisos es crucial: muchas apps solicitan acceso sin necesitarlo.

El consumo inusual de batería, sobrecalentamiento y uso inesperado de datos pueden señalar software espía en dispositivos Android. Usar VPN ayuda a ocultar tu actividad. Para mayor seguridad, desactiva la conexión automática de Bluetooth y Wi-Fi en Starbucks o en el Metro.

Aparecen nuevas amenazas como el «SIM swapping»: delincuentes clonan tu SIM para controlar tu número. La autenticación de dos factores mediante apps, no SMS, mitiga este riesgo. Y si tu teléfono empieza a comportarse extraño después de una «cena romántica» en Chapultepec, tal vez sea momento de revisar qué apps se instalaron misteriosamente.

El futuro del rastreo telefónico

El rastreo predictivo basado en IA puede predecir tu próxima ubicación analizando patrones. Esto mejora servicios de emergencia pero plantea preguntas sobre privacidad. Las soluciones blockchain ofrecen un enfoque más seguro y descentralizado, con datos encriptados a prueba de manipulación.

Los cambios legislativos están en el horizonte. Gobiernos endurecen leyes de privacidad, potencialmente restringiendo el acceso a herramientas de rastreo y requiriendo consentimiento más estricto.

Un equilibrio frágil

Saber cómo rastrear un número de teléfono representa una contradicción fundamental. Queremos seguridad, pero no vigilancia. Queremos encontrar dispositivos perdidos, pero no ser encontrados contra nuestra voluntad. Queremos proteger a nuestros hijos, pero no vivir en una sociedad de control total.

Para María Sánchez, quien recuperó su smartphone Android antes de que desapareciera en Tepito, la tecnología fue bendición. Para incontables otros, rastreados sin conocimiento o consentimiento, representa profunda violación a la privacidad.

A medida que estas herramientas se vuelven más poderosas, la sociedad debe decidir dónde trazar la línea entre seguridad y libertad. En México, donde la inseguridad convive con violaciones sistemáticas de derechos humanos, este debate adquiere urgencia particular. La pregunta no es si debemos poder localizar un celular, sino quién tiene ese poder, bajo qué circunstancias, y con qué salvaguardas.

De esa respuesta depende el tipo de sociedad que construiremos. Y si en el futuro, cuando pierdas tu teléfono en Plaza Insurgentes, podrás recuperarlo sin convertirte tú mismo en el rastreado.

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