Mercado de ropa de segunda mano reduce el aumento de emisiones de CO2 en el mundo
El mercado de ropa de segunda mano en México necesita un impulso para fomentar mayor participación de consumidores, el cual con apoyo de organismos públicos y privados podría mantener la importante reducción del impacto de emisiones CO2 que genera por sí misma la moda.
Ciudad de México, 19 de abril de 2023. Hemos escuchado sobre el récord del día más caluroso en México, es cada vez más constante que se activen los días de contingencia que buscan equilibrar la calidad del aire y ni qué decir de la reducción en la calidad y cantidad de agua. Uno de los mayores causantes del cambio climático es el dióxido de carbono (CO2); son múltiples las actividades que impulsan el exceso de emisiones de éste en el ambiente, pero como sociedad, también hemos contribuido en ello desde la moda.
La industria de la moda en México es una de las más contaminantes, no sólo en temas de consumo de agua o energía sino también de emisión de CO2. De acuerdo con Treebute, el uso promedio de una prenda nueva es de sólo siete usos antes de sacarla del armario; esta situación implica que si el fast fashion continúa, las emisiones de CO2 aumentarán casi en 50% para 2030.
“La era del consumo rápido y desmedido nos ha hecho comprar más de lo que necesitamos, una práctica que no es sostenible, pues lo que decides comprar y lo que tienes en tu armario está relacionado con el desastre ecológico que atravesamos en la actualidad”, afirma Ana Isabel Orvañanos, Country Manager de GoTrendier, comunidad líder en venta y compra de moda de segunda mano en México. “La producción, transporte, venta, consumo, utilización y desecho de la ropa es responsable de al menos 10% de las emisiones mundiales de contaminantes ambientales y esos porcentajes van en aumento, pero al adquirir una prenda usada evitamos el 80% de emisión que genera una prenda nueva” comenta.
De acuerdo con Profeco, la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos. Además de reducir la calidad del aire, las emisiones de CO2 también generan degradación en los suelos, lo cual provoca erosión y afecta la calidad de los alimentos. También provoca la destrucción de la selva tropical, pues fomenta la tala de miles de árboles con el objetivo de fabricar tejidos a base de celulosa, una fibra semi-sintética que, según Sustain Your Style, es material base de ropa de moda de bajo precio-calidad.
El modelo de negocio del Fast Fashion consiste en ofrecer a los compradores productos en tendencia a precios muy bajos; esto provoca el desecho anual de millones de toneladas de ropa, las cuales terminan quemadas o enterradas en tiraderos. Esta cifra de prendas desechadas es equivalente a un camión de basura por segundo.
La también llamada “moda rápida” resulta muy rentable para la industria textil, pero es insostenible y muy peligrosa para el medio ambiente. En contraposición se ha propuesto el Slow Fashion, una tendencia que implica pensar antes de comprar y responde a la economía circular. Se trata de un modelo de producción y consumo que busca compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar, revender y dar una segunda vida a las prendas que alguien más ya utilizó. De esta forma, el ciclo de vida de la ropa se extiende, al tiempo que se contribuye a reducir el gasto y el impacto al medio ambiente.
“Los consumidores pueden generar un impacto positivo muy relevante al utilizar prendas el doble de tiempo que lo hacemos ahora, con ello, según datos de la ONU, evitaríamos un 25% de las emisiones de CO2 que la industria de la moda emite. Si bien organizaciones sociales, ecológicas y algunas empresas abogamos por la economía circular, el apoyo de los gobiernos o instituciones públicas es clave, ellos deben promover leyes y regulaciones también para el uso de energías renovables, consumo consciente y reciclaje o desecho responsable, no deben seguir existiendo vertederos que contaminan el agua y el aire. Por su parte, las empresas deben asumir modelos de producción sostenible e impulsar acciones que beneficien al ambiente, e incluso impulsar o integrar en su oferta la economía circular a través del mercado de segunda mano”, compartió Orvañanos.
La plataforma que al día de hoy reporta más de 7 millones de usuarias y 4.5 millones de prendas vendidas desde 2016 constantemente busca aliados que permitan contrarrestar el daño ambiental. En el marco del Día de la tierra generan un reto ECO que busca aumentar la participación de consumidores de moda de segunda mano con el objetivo, no sólo de que más personas se unan a la economía circular, sino también de lograr, a través de puntos por publicación, compra y venta, llegar a los 3 millones de ellos para recaudar fondos y donar 200 árboles con Pronatura México A.C., la asociación civil más longeva en México.
“El objetivo de sumar acciones y encontrar aliados, como lo que hoy representa para nosotros Pronatura México A.C. es la oportunidad de tejer acciones y redes en pro del ambiente y desde diferentes nichos por esta razón hemos decidido desde 2019 donar árboles para sumar a acciones que mitiguen la acumulación de gases de efecto invernadero, conservar la biodiversidad o apoyar la filtración de agua al subsuelo y más desde otro lugar” concluyó la country.
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