El peso de la discriminación en la comunidad LGBTQ+
Abordar el tema de la diversidad sexual implica más allá de la igualdad de derechos y oportunidades en diferentes áreas de la vida, revisar si existe equidad en la prevención, atención y cuidado de la salud de quienes forman parte de la comunidad LGBTQ+.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la frecuencia con la que la población LGBTQ+ es discriminada es el doble que en el resto de la población. Por tanto, los problemas emocionales más comunes dentro de la comunidad LGBTQ+ son estrés (88.7%) seguido por angustia, miedo o ansiedad (64.9%) y la pérdida o aumento de apetito o peso (60.9%).[1]
Los resultados de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG 2021) muestran que el 81.8% de la población LGBTQ+ ha tenido al menos un problema emocional a diferencia de las personas No LGBTQ+ 73.2%.
Los datos de la ENDISEG destacan la alta prevalencia (60.9%) de síntomas relativos al peso (pérdida o ganancia) en población LGBTQ+ a diferencia de población No LGBTQ+ (48.3%).
De acuerdo con el Dr. Héctor Esquivias, Médico Psiquiatra especialista en Obesidad, el estrés de minorías puede impactar en el peso corporal de las personas de la comunidad LGBTQ+ lo cual puede estar mediado por una variedad de factores que incluyen:
- Estigma y discriminación: Las minorías sexuales a menudo enfrentan estigmatización y discriminación, lo que puede tener un impacto negativo en su salud mental y física, incluido el peso corporal.
- Estrés psicológico: El estrés asociado con la discriminación y el estigma puede llevar a comportamientos alimentarios no saludables y a un aumento del riesgo de obesidad y/o trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
- Factores socioeconómicos: Las disparidades socioeconómicas pueden influir en la disponibilidad de alimentos saludables y en el acceso a la atención médica, lo que puede afectar el peso corporal.
- Hambre emocional: Debido a la alta prevalencia de estrés y ansiedad reportado en esta población, se puede desencadenar un impulso por comer como una manera de mediar con el malestar emocional. Es decir en lugar de comer por hambre física, se busca la satisfacción emocional a través de algunos alimentos, lo que puede conducir a la obesidad o exacerbar esta enfermedad.
Por otra parte, el Doctor Esquivias mencionó que, “es importante tener en cuenta que el peso de una persona está influido por una combinación de factores, como la genética, el estilo de vida, la alimentación, la actividad física y la salud en general. La orientación sexual en sí misma no es un factor determinante del peso. Sin embargo, es relevante mencionar que las personas LGBTQ+ pueden enfrentar ciertos desafíos relacionados con su salud debido a factores sociales, estigma, discriminación y barreras de acceso a la atención médica. Estos factores pueden influir en el bienestar físico y mental, incluido el peso corporal.”
Resulta preocupante descubrir que el 46.6% de las personas de la comunidad LGBTQ+ en México ha experimentado discriminación debido a su peso.[1] Estos resultados revelan una forma adicional de discriminación que se suma a los numerosos desafíos que enfrenta esta comunidad en términos de aceptación y respeto. Por ello, tenemos que reconocer y abordar estas formas de discriminación para construir una sociedad más inclusiva y equitativa para todas las personas, independientemente de su orientación sexual, identidad de género o características físicas.
[1] Conociendo a la población LGBTI+ en México: INEGI 2022. Consultado en: https://genero.congresocdmx.gob.mx/wp-content/uploads/2022/11/ENDISEG-CONGRESO_ULTIMOS-CAMBIOS-JB_SP-3-3.pdf