Declaración de la Secretaría General de la OEA sobre las comunidades indígenas y el proceso de transición en Guatemala
En el marco de los trabajos de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en apoyo al proceso de transición en Guatemala, el Secretario General, Luis Almagro, y las misiones de la Secretaría General enviadas a apoyar aspectos específicos de la transición mantuvieron reuniones con las siguientes organizaciones y representantes de las comunidades indígenas del país: Junta Directiva del Concejo de Alcaldes Comunales de los 48 Cantones de Totonicapán; Junta Directiva de Alcaldes de las 14 Comunidades de Totonicapán; Comunidades Indígenas Aliadas de Chichicastenango, Quiché; Municipalidad Indígena de Sololá; Pueblo Ixil; Parlamento del Pueblo Xinka; la Municipalidad Indígena de Santa Lucía Utatlán; Plataforma de Mujeres Indígenas; y Autoridades Indígenas Ancestrales de los Pueblos Maya, Xinka y Garífuna de Guatemala.
En seguimiento a estos encuentros, la Secretaría General expresa lo siguiente:
Condenamos los asesinatos del líder xinka y activista de derechos humanos Noé Gómez Barrera y de la dirigente sindical guatemalteca Doris Lisseth Aldana Calderón, del Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izabel (SITRABI). Enviamos condolencias a sus familias y seres queridos, y exigimos justicia para estos dos activistas que, como otros miles, valientemente defendieron sus derechos humanos y la posibilidad de una vida digna en Guatemala.
Seguimos también pidiendo justicia para los muchos otros activistas de la comunidad indígena que han perdido la vida en la búsqueda activa de la justicia y la defensa de los derechos equitativos de su pueblo, incluidos sus derechos territoriales ancestrales. Estas atrocidades contra los pueblos indígenas son un crimen de lesa humanidad según la definición del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Entre las víctimas se encuentra Tereso Cárcamo Flores, defensor de derechos humanos e integrante del movimiento indígena y campesino de Guatemala (CODECA). Fue asesinado hace once meses y, sin embargo, no parece haber investigaciones proactivas por parte de las instituciones sobre las circunstancias que rodearon su muerte.
De igual modo, llamamos a poner fin a la criminalización infundada de activistas indígenas, que han llegado a ser acusados de “crear pánico financiero” y de cometer “crímenes de lesa humanidad” por ejercer su derecho a la protesta. Exigimos que se respeten los esfuerzos de estos activistas de reclamar, a través de la protesta pacífica, sus derechos a sus tierras ancestrales y a la democracia.
La Secretaría General de la OEA enfatiza además que el derecho a la educación de los niños indígenas debe ser respetado, no sólo porque la educación es un camino directo para salir de la pobreza, sino también porque no hacerlo viola la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, a la que Guatemala está obligada como Estado signatario. Las instituciones académicas son una zona de paz e ilustración y deben ser protegidas. Del mismo modo, hacemos un llamado para que se ponga fin a la discriminación y marginación de las comunidades indígenas en el acceso a los servicios bancarios, restringiendo así su participación efectiva y beneficiosa en la economía nacional.
Además, es importante fortalecer la participación política de las comunidades indígenas en Guatemala, que representan casi la mitad de la población del país. Una de las muchas formas de reflejar la inclusión es mediante la publicación de materiales electorales incluyendo instrucciones en un idioma maya generalmente aceptado por las comunidades indígenas de Guatemala, para que todos tengan la oportunidad de participar políticamente. Este es un paso simple que puede cosechar resultados progresivos para toda la vida.
La Misión de la OEA que acompaña el proceso de transición en Guatemala se ha reunido con varios grupos indígenas, entre ellos Autoridades Indígenas Ancestrales de las comunidades Maya, Xinka y Garífuna, Plataforma de Mujeres Indígenas y 48 Cantones de Totonicapán, durante varias visitas al país por invitación del Gobierno de Guatemala. Admiramos la madurez con la que 48 cantones de Totonicapán y otras comunidades indígenas han gestionado las protestas pacíficas después de las elecciones. Los miembros de los 48 cantones y otras comunidades indígenas se han abstenido de participar en ningún conflicto armado y no han generado enfrentamientos de su autoría. Los valientes esfuerzos de estos grupos indígenas y de sus defensores comunitarios en defensa de la democracia son meritorios y merecen algo más que un aplauso: merecen nuestro respeto por liderar esta lucha por el orden democrático y la institucionalidad democrática.
Cuando lleguemos a la investidura el 14 de enero de 2024 del presidente electo Bernardo Arévalo, los ciudadanos de Guatemala querrán más democracia. Todos los guatemaltecos tienen derecho a un tejido político integrado e incluyente.
Apoyamos todos los esfuerzos encaminados a desarrollar medidas de fortalecimiento de capacidades para dar cabida a la plena participación y representación de las comunidades indígenas en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la estructura de gobierno y en todos los sectores de la sociedad guatemalteca.
Asimismo, la Secretaría General de la OEA alienta a todos los ciudadanos guatemaltecos a mantener su compromiso con la democracia mientras se completa el proceso de transición. Exigimos respeto a todos los funcionarios electos y actores políticos a lo largo de este proceso de transición, que debe continuar desarrollándose sin más interrupción. Esta Secretaría General sigue plenamente dedicada y comprometida a acompañar el proceso de transición en Guatemala hasta su culminación.