Cómo organizar una noche temática con comida reconfortante para todos los gustos
Foto de Considerate Agency en Unsplash
Hay planes que no necesitan reservación: quedarse en casa con una buena comida es uno de ellos. Y con un poco de creatividad y buena actitud, puedes montar una noche temática épica desde tu sala. ¿Las claves para triunfar? Tus mejores amigos, buen ambiente, cero estrés… ¡y mucha comida deliciosa!
Si estás pensando en qué ofrecerle a tus invitados, una gran opción es el pollo frito kfc es la elección que siempre triunfa —crujiente, sabroso y perfecto para compartirse sin complicarse. Ideal para armar una mesa donde todos puedan servirse y elegir su pieza favorita, también lo puedes poner en la mesita del centro para que esté más a la mano de tus invitados y no se pierdan ningun chisme por tener que pararse a servirse.
Pasemos al primer punto importante: hay que elegir el “tema estrella”. ¿Movies? ¿Juegos de mesa? ¿Una noche de karaoke? Hay mil ideas: trivia, noche de pijamas, fiesta ochentera, spa casero, maratón de reality shows, juegos de mesa, catas de vinos o chocolates, fiesta con personajes famosos. Todo se vale, el único requisito es una gran actitud. Y si puedes sumar una lista de canciones temáticas o un código de vestimenta divertido, ya tienes sin duda una combinación ganadora.
Si buscas algo más original, lo puedes hacer con una noche temática por país: cocina italiana, música francesa, películas coreanas, noche de manifestación, retos físicos o también puedes hacer una noche “gamer” con juegos retro, de carreras o batallas.
Ya que tienes el tema definido, ahora hay que darle un toque especial al espacio. No necesitas redecorar toda la casa: bastan luces cálidas o de colores, cojines, mantas sobre el sofá y todos los adornos que consideres queden perfectos para el tema que elegiste. Puedes poner carteles, crear invitaciones digitales o usar filtros chistosos para hacer las infaltables stories. Lo importante, como ya lo mencionamos, es que todos tenga la mejor actitud.
Puedes imprimir pequeños letreros con frases que vayan con el tema: “prohibido aburrirse”, “aquí se canta con todo o nada”, “no hay dieta esta noche”. También puedes repartir accesorios como lentes de colores, sombreros, antifaces o disfraces que vayan de acuerdo al tema de la noche.
Ahora, vamos con lo mejor: la comida. No tiene que ser gourmet, ni fancy. Solo rica, abundante y fácil de agarrar con las manos. Las estrellas de la noche pueden ser: pizzas, hamburguesas, hotdogs, pollo frito, burritos, tablas de queso o carnes frías, palomitas de sabores, papitas, alitas, nachos, mac and cheese… hay gran variedad de opciones.
Si tienes ganas de cocinar, elige recetas sencillas como dips de guacamole, hummus, o jocoque, ensaladas de pasta fría con vegetales, croquetas de jamón serrano, pimientos rellenos de queso crema, baguettes rellenas o tacos dorados. Todo lo que puedas preparar antes, mejor, así tú también disfrutas la noche temática sin ninguna preocupación.
Y claro, no hay que olvidar algo más que indispensable: lo dulce. Incluye en el menú postresitos como brownies, galletas de chispas de chocolate, cheesecake, cupcakes, tartaletas de fruta o chocolate, churros con dips, waffles mini con toppings o cualquier otro postre que se te antoje. También puedes armar una mini estación con los extras infaltables: chispas de chocolate, nueces, fruta, coco rallado, eso créeme, nunca falla.
Otro punto importante, no hay buena noche temática sin algo rico que beber. Ya sea que te decidas por una velada estilo cine en casa, una fiesta retro o un karaoke sin vergüenza, las bebidas ayudan a poner el mood perfecto. Y lo mejor: no necesitas ser mixólogo profesional para sorprender.
Empieza por tener variedad. Siempre es buena idea incluir opciones con y sin alcohol. Las limonadas caseras son una maravilla: puedes hacerlas clásicas o infusionarlas con jengibre, pepino, frutos rojos o hierbabuena. También puedes preparar aguas saborizadas naturales con rodajas de fruta y hierbas aromáticas, se ven lindas y refrescan al instante.
Para algo más cremosito, ofrece malteadas de varios sabores o frappés caseros. ¿Chocolate con hielo y un toque de canela? Delicioso. ¿Frappé de fresa con leche de almendra? Un 10 al instante. También puedes preparar un chocolate caliente con malvaviscos y crema batida o una estación con tes e infusiones, éstos son ideales para una noche tranquila de pelis, series o el momento de confesiones en pijama (no olvides también tener listo el café para aquellos que les ataque el sueño).
¿Y para quienes les gustan los drinks con “alguito más”? Los mojitos, piñas coladas, carajillos, margaritas, coctelitos de mezcal, spritz de prosecco, o incluso un clericot con vino tinto, frutas y soda son opciones frescas y versátiles. Puedes montar una pequeña barra para que cada quien mezcle a su gusto o dejar jarras listas para servir.
No olvides tener hielos, popotes reutilizables, vasos bonitos o incluso frascos reciclados con etiquetas con los nombres de tus invitados. A veces, esos pequeños detalles hacen una gran diferencia.
¿Y el espacio? Organízalo por zonas. Un rincón para jugar, otro para la botana, un área chill (para el que no puede desconectarse del trabajo y tiene que contestar mensajes), y si hay niños, un mini rincón con dibujos, plastilina o películas.
Agrega toques divertidos: juegos improvisados, retos absurdos, premios chistosos (“mejor voz desafinada”, “el que más comió palomitas”, “quien se durmió primero”) y si te gusta, arma trivias personalizadas: “¿Qué pasó en esa fiesta de hace 3 años que nadie recuerda del todo?” También puedes crear tarjetas tipo “yo nunca nunca”, puedes hacer una versión apta para todo público o con un toque más subido de tono para aquellos valientes que se atrevan a jugarla.
Un tip extra pro: pregunta si alguien es alérgico o tiene dieta especial. Con eso en mente, puedes tener algunas opciones veggies, sin gluten o light. La idea es que todos se sientan considerados y tengan algo rico para picar. Nadie quiere ser el único sin postre o comiendo pepinos solos mientras los demás disfrutan.
También puedes planear pausas para selfies, vídeos y confesiones en cámara. Imagínate dentro de un año volver a ver ese video donde todos están con sus accesorios temáticos y sus disfraces divertidos comiendo nuggets, pizzas, con vasitos decorados o devorando los postres y cantando a todo pulmón canciones noventeras o esas que llegan al corazón.
Finalmente, cerremos con lo más importante: tu relájate. No tiene que salir todo perfecto. Si algo falla, ríanse. Si se enfría la comida ¡no importa! te aseguro que igual se la van a comer. Si alguien canta alguna canción fuera de tono, recordando al ex y al borde de la lagrima… bueno, ya después podrán hacerle burla, el objetivo es pasarla bien, reconectar y crear muchos recuerdos memorables.
Armar una noche temática en casa es una forma genial de desconectarse del estrés y reconectar con quienes más quieres. Es una experiencia personalizada en donde no dependes de horarios ni la presión por conseguir la reservación en el lugar de moda, en tu hogar con buena actitud, comida reconfortante y cero presiones, seguro terminas la noche con la panza llena, galería de fotos repleta, videos memorables, y el corazón contento.
