5 de diciembre de 2025

Trabajo decente femenino con avances y rezagos críticos en México

El CIMAD-IPADE advierte sobre los efectos de la exclusión femenina y llama a rediseñar políticas de inserción laboral con enfoque de género.

IPADE

Ciudad de México, 4 de diciembre de 2025- A pesar de los avances en inclusión educativa, participación femenina y reducción de fenómenos como el trabajo infantil, una de cada cuatro jóvenes mexicanas (23.8%) de entre 15 y 24 años no estudia, no trabaja, ni se capacita, frente a solo 9.4% de los hombres. Esto confirma una brecha estructural de 14.4 puntos porcentuales y una pérdida crítica de talento para la economía nacional, advierte el estudio Trabajo Decente en México 2005–2025 del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, en colaboración con Afore SURA.

 

Tras analizar dos décadas con base en los indicadores establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Yvette Mucharraz y Cano, directora del CIMAD-IPADE advirtió que: «Estamos frente a una generación de mujeres que se está quedando desconectada del circuito de formación, empleo y patrimonio. Si no intervenimos ahora con políticas y estrategias empresariales activas, México enfrentará un rezago en competitividad, difícilmente reversible».

 

El estudio reporta avances importantes, como una reducción del trabajo infantil a nivel nacional —de 18% a 11.5% en los últimos 20 años— y un descenso gradual en la segregación ocupacional, lo que evidencia una apertura creciente de sectores económicos a la participación femenina.

 

Sin embargo, incluso cuando logran insertarse en el mercado laboral, más de la mitad de las mujeres (54.9%) lo hace desde la informalidad, sin contrato, ni seguridad social. Esta entrada precaria perpetúa condiciones laborales sin derechos, sin trayectoria y sin posibilidad de acumular patrimonio.

 

Además, las mujeres tienen 11 horas menos de tiempo libre a la semana que los hombres, lo que refleja una sobrecarga en tareas no remuneradas que influye en su menor disponibilidad para el empleo formal.

 

Asimismo, el estudio detalla que:

  • Aunque la precariedad laboral muestra una tendencia a la baja tanto en hombres como en mujeres, persiste una brecha de género en el tiempo libre. Actualmente, la diferencia es de 1.06 puntos en el índice TLBI (Tiempo Libre Bienestar Integral), con una cifra global que alcanza el 48.7%.

 

  • La representación femenina en alta y media dirección se incrementó en 1.6 puntos porcentuales, lo cual es un buen resultado (38.2% de los cargos son ocupados por mujeres).

 

Como el aliado estratégico del IPADE en la realización de este estudio, Afore SURA –fiel a su objetivo de ayudar a las personas a obtener una mejor pensión– reconoce la importancia de promover la inclusión en el sector formal; así como el acceso a mejores salarios, a la seguridad social y otras condiciones de trabajo decente que permitan fortalecer la autonomía económica de las mujeres y el derecho a una pensión digna.

 

No obstante, de acuerdo con cálculos de Afore SURA, las mujeres enfrentan una desventaja significativa en su retiro. Esto pues, en un escenario en el que tanto hombres como mujeres se jubilan a los 65 años, ellas presentan una tasa de reemplazo 7% menor y, por lo tanto, una pensión proyectada 11% más baja. Esta diferencia se explica porque, en promedio, registran un salario 5% inferior al de los hombres. Ante tal brecha, resulta indispensable promover condiciones laborales más equitativas.

 

«La inclusión laboral de las mujeres es una inversión importante para su bienestar a largo plazo, ya que cada vez que acceden a un trabajo formal e incrementan sus semanas de cotización, tienen mayores posibilidades de mejorar su pensión. Cuando se fomenta su inserción en el trabajo formal, se fortalece la economía del país y las bases del ahorro para el retiro de las siguientes generaciones de mujeres mexicana», dijo Emilio Bertrán, director general de Afore SURA.

 

«Es momento de conectar todas las etapas del ciclo laboral femenino: acceso a la educación, inserción laboral formal, seguridad social y liderazgo. No se trata solo de inclusión, sino de garantizar trayectorias sostenidas y con impacto real», concluyó Yvette Mucharraz y Cano.

Deja una respuesta

Por si te lo perdiste