22 de diciembre de 2024

Erradicar el estigma de la enfermedad mental, consigna para avanzar en su atención

La Unidad Xochimilco de la UAM fue sede del ciclo Del diagnóstico a la atención psicosocial

Los trastornos mentales –caracterizados por perturbaciones clínicas significativas en la cognición, la regulación emocional o la conducta que refleja una disfunción psicológica, biológica y social– son desconocidos por el común de la gente debido al estigma que prevalece al respecto y que es preciso abatir, consignó la doctora María Luisa Rascón Gasca.

En el ciclo Del diagnóstico a la atención psicosocial, realizado en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la doctora en Psicología explicó que disponer de información sobre cómo el cerebro puede enfermar ayuda a la prevención, al acotar el desconocimiento sobre la sintomatología de la bipolaridad, la depresión y la esquizofrenia, entre otros trastornos afectivos.

En la conferencia Trastornos de afectividad (Bipolaridad) dictada en la Sala de Consejo Académico de esa sede universitaria, afirmó que el trastorno bipolar es una condición de vida y algunas de las opciones para adquirir mayor control sobre las emociones y las oscilaciones del estado de ánimo combinan la terapia farmacológica adecuada con la psicoterapia.

Las más frecuentes son la terapia cognitivo conductual, la sistémica y la psicoeducación; en cuanto a los medicamentos que se incluyen con mayor frecuencia están los estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y antidepresivos.

La enfermedad impacta en todos los miembros de la familia, que pueden experimentar estrés grave y crónico asociado a la convivencia con el paciente, y en general no tienen información, asistencia en salud mental ni apoyo social, por lo que no pueden ayudar al individuo de manera efectiva, lo que deviene en conflictos conyugales, desintegración, violencia y soledad, entre otros conflictos.

Los trastornos mentales –esquizofrenia, depresión mayor y trastornos bipolar, obsesivo-compulsivo y de pánico– están asociados con discapacidades psicosociales, ocupacionales, económicas y familiares.

La organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en 2003 que una de cada cuatro personas se vería afectada por algún trastorno mental, lo que les generaría incapacidad y sufrimiento en muchas áreas de su vida, y consideró que la bipolaridad es una de las 10 principales causas de discapacidad en el mundo.

La doctora Rascón Gasca presentó estadísticas sobre la prevalencia de enfermedades mentales por sexo; de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, las mujeres padecen más trastornos del afecto (en el que entra la bipolaridad) que los hombres, así como mayores índices de problemas de ansiedad, pero en abuso de sustancias y trastorno disocial, el varón muestra exponencialmente mayores grados de padecimiento que ellas.

La académica en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México urgió la necesidad de cambiar paradigmas en la atención a la salud mental en hospitales generales y centros de salud, ya que 81 por ciento de las personas que padece algún padecimiento mental no recibe esa atención; en hospitales generales sólo se destina dos por ciento para camas psiquiátricas y la atención se centra en hospitales psiquiátricos.

En el primer nivel de atención a la salud –en particular en consulta general– no existe una valoración a la salud mental, tal vez porque los médicos no tienen la preparación para ello y cuando hay sospechas de algún diagnóstico del tipo, entonces los remiten a lugares especializados, pues en los institutos de salud general casi no existe esa atención.

La afección bipolar produce cambios dramáticos en el estado de ánimo, que van de una elevada emoción a una desolación sin esperanza, periodos de estado de ánimo normales, así como cambios extremos en la energía y el comportamiento.

La actitud de la sociedad hacia las personas con enfermedad mental ha estado siempre marcada por la ignorancia, el rechazo y la incomprensión, por lo que  “debemos acabar con este estigma social”, dijo la especialista.

En la actividad participó también María del Carmen Torres, representante de la Asociación Civil Voz Pro Salud Mental, quien explicó que dicho organismo pertenece a una red de asociaciones civiles abocadas a mejorar la calidad de vida de las personas con una enfermedad mental y sus familias mediante la educación, el apoyo y la participación activa.

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