21 de noviembre de 2024

OPINIÓN | Los puntos clave de la prevención del delito desde la participación social (2da parte)

En los últimos años va en aumento la delincuencia que está relacionada con los niños, las niñas y adolescentes

Continuamos hablando de la participación social en los temas de la agenda de la seguridad, la prevención de delito y de las violencias. Y uno de los temas más delicados y preocupantes es la violencia e inseguridad que viven las niñas, niños y adolescentes.

Tristemente en México en los últimos años va en aumento la delincuencia que está relacionada con los niños, las niñas y adolescentes, lo que afecta a la seguridad de toda la sociedad y al crecimiento económico de nuestro país, ya que ellos son “el futuro de México”.

Según la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014, en ese año, el 46.4% de los jóvenes de 15 a 29 años fueron víctimas de algún delito o maltrato, mientras que 32.2% sufrieron acoso escolar. 

Esta problemática se agrava, debido a que la mayoría de los delitos y la violencia generada la ha causado las organizaciones criminales que luchan por los territorios que operan y/o quieren operar, para lo cual reclutan menores de edad debido a que el marco legal permite que éstos sean privados de su libertad por poco tiempo para purgar condenas.

Debemos tener como uno de los aspectos básicos que el entorno en el que se desarrollan las niñas, niños y adolescentes es un factor importante, ya que se suelen asociar los contextos violentos con los adolescentes, a quienes se les responsabiliza en muchas ocasiones por el clima de inseguridad que se vive en diversas zonas de las ciudades.

“En las zonas donde operan organizaciones criminales a menudo los niños y adolescentes sufren presiones, amenazas o engaños para que colaboren con estas organizaciones; otros adolescentes se acercan a estos grupos en búsqueda de oportunidades, reconocimiento, protección y sentido de pertenencia, aspectos que de otro modo no consiguen obtener”. Y aunado a esto se da la desaparición de las niñas, los niños y adolescentes.

El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) al corte del 30 de abril del 2018, reporta cifras alarmantes por rango de edad de personas no encontradas:

Es importante destacar que, hasta julio del 2017 año se tenía un registro de 33,482 personas desaparecidas. Del este total, 6,079 son niñas, niños y adolescentes lo que representa el 18.2% del total de desapariciones y que 6 de cada 10 casos son de niñas y adolescentes mujeres.

En el informe en el informe La Infancia Cuenta se destaca que el criminalizar a los adolescentes y los procesos penales no óptimos para la infancia son los elementos que tienen como carencia principal el acceso a la justicia. Además, de que los asesinatos violentos o negligentes de niñas, niños y adolescentes se encuentran en su mayoría en la impunidad y las autoridades correspondientes no tienen opciones de solución.

En nuestro país, existe una gran distancia entre el discurso sobre la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes con algunas prácticas violatorias de los derechos humanos y de la dignidad de éstos. “Las sentencias judiciales son escasas y muy benévolas para los agresores, especialmente en delitos sexuales contra las niñas y adolescentes; investigaciones mal integradas no garantizan el acceso a la justicia y reparación del daño.”

Asimismo, otro aspecto que agrava todo esto es la violencia en el entorno escolar, la cual va desde las acciones disciplinarias de profesores y autoridades educativas hasta la ejercida entre los niños, niñas y adolescentes, lo que lleva a muchos a desertar. La UNICEF asegura que En México, 6 de cada 10 niñas y niños de 1 a 14 años han experimentado algún método de disciplina violenta.

Consideramos que el sector gubernamental en alianza con la inicitiva privada debe trabajar contra la delincuencia juvenil mediante programas educativos, basados en habilidades para la vida que ayuden a la prevención de la violencia y del delito, utilizando tecnología y logrando la inclusión de forma positiva en sus comunidades con la ayuda de sus familias.

La participación de la familia siempre será la base fundamental de la sociedad, ya que el entrono familiar es el que marca de primera instancia las formas de relacionarse socialmente de cualquier persona, debido a que es el lugar donde todos nos educamos. Por ello, la familia es el centro de socialización más importante para un niño, niña y/o adolescente. Aunque en algunas ocasiones, la familia  es la que los impulsa a cometer delitos, ya sea por necesidad o por un mal hábito heredado.

Por todo lo anterior, es que uno de los puntos clave de la prevención del delito desde la participación social, es:

  • Generar acciones educativas en programas y una materia en los programas escolares, que induzcan a nuestros niños, niñas y adolescentes a participar en la prevención de la violencia y del delito, enseñándoles cómo lograr su propia protección, la de sus seres queridos y personas cercanas, con valores y respeto por la vida como pilares.

Tanto los gobiernos como la ciudadanía debemos tener como objetivo fomentar en nuestra niñez y jóvenes, los valores humanos que fortalezcan las conductas positivas para crecer en y como sociedad con una participación activa y efectiva, de no hacerlo así, estaremos ante el desarrollo de la no integración social que terminará en conductas violentas, antisociales y concluirán en la comisión de delitos.

Fuente citada: 

Estudio del 1er. Trimestre de 2019: Niñas, niños y adolescentes víctimas de la violencia en México. Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género. H. Cámara de Diputados.

LEE AQUÍ LA PRIMERA PARTE:

OPINIÓN | Los puntos clave de la prevención del delito desde la participación social (1ra parte)


  • Mercedes Escudero Carmona es originaria del Distrito Federal y reconocida como una de Los 300 Líderes más Influyentes de México en 2017, 2018 y 2019.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la FCPyS de la UNAM; con Maestría en Comunicación y especialización en comunicación política e institucional, por la Universidad Iberoamericana.

Actualmente, es Presidente de la organización CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design) Capítulo México de la Internacional CPTED Association (ICA), además de desempeñarse como Investigadora y Directora General del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana y Humana SC.

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