CRÓNICA | Incertidumbre, temor y diagnóstico… El umbral del área COVID
Solo se pueden ver los ojos de los otros pacientes. Unos mirando fijos a la lejanía; otros, con la mirada clavada en en el piso, quizás pensando en lo que sigue de salir positivos.
Comencé con tos seca y poco a poco se sumaron más molestias. Dolor de cabeza, cuerpo cortado, congestión nasal. También tuve temperatura 37.4.
Después llegó la diarrea y las náuseas. Cefalea intermitente y la tos seca seguía. Por mis síntomas, me dieron incapacidad y fui a tomarme la prueba.
Llegué al lugar; de 16 pacientes, 10 son mujeres jóvenes de entre 20 y 45 años. Hombres, 6 de entre 20 a 65 años.
El doctor comienza la auscultación de una mujer con síntomas; revisión de garganta.
Entras a un área donde reina el silencio y se pueden escuchar las voces de los médicos que están en tres consultorios que están dando consulta.
La tos de al menos tres pacientes continúa.
Solo se pueden ver los ojos de los otros pacientes. Unos mirando fijos a la lejanía; otros, con la mirada clavada en en el piso, quizás pensando en lo que sigue de salir positivos.
Los médicos y asistentes visten sus batas quirúrgicas, mascarillas, cubrebocas, guantes y protección de calzado.
Una joven de más de 20 años, cruzada de piernas, cubrebocas color rosa, solo mantiene su mirada al piso, avanza de lugar en lugar pensativa, absorta ante esta posición en que te puso la vida. ¿Serás o no positiva del coronaviru?
Salón amplio adaptado para esta contingencia, unos 40 metro de largo por unos 8 de ancho, con 20 asientos separados. Dos Asistentes de recepción, un hombre y una mujer, que toman los signos vitales, te toman temperatura, oxigenación y presión sanguínea, pero estatura y peso no, porque la báscula -que es electrónica- no funciona.
También esta un hombre de 75 años, con los dedos de la mano entrecruzados; viste pants y tenis. Luce una mirada más tranquila, como la de aquellos que saben que la espera no es lo primordial, sino que forma parte de la vida, de lo que se vive día a día.
Hoy, el personal médico sabe que tiene que estar más atento a los síntomas de los pacientes, de eso depende no saltar a los síntomas mayores y luego a la hospitalización y luego a la intubación. Aquí es el umbral del área Covid.
Ahí está un joven de 20 años, somnoliento, a la espera de su primera consulta Covid. Se ve más despreocupado, sabe que aunque hay mayor índice de contagio entre los de su edad, por lo regular no es de consecuencias mayores.
Y yo aquí, a la espera de no ser candidato de cruzar este silencioso umbral de la pandemia.