23 de noviembre de 2024

OPINIÓN | 2020, mejor que 2019 en delitos… peor en economía y salud

La reducción de la incidencia delictiva por efecto del coronavirus que parece tan obvia no lo es para varios gobiernos municipales, estatales e incluso federal, que insisten en que la disminución de delitos obedece a su estrategia

2020 mejor que 2019

Foto: Ibero

De haberse mantenido el mismo patrón de delitos de noviembre durante diciembre, las cifras de incidencia delictiva de 2020 fueron mejores que las de 2019 en 11.7%, al pasar de 2 millones 69 mil delitos totales del fuero común en 2019 a un estimado de 1 millón 850 mil en 2020.

La cifra oficial la conoceremos el 20 de enero del 2021, fecha en la que el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) difunde los resultados anualizados de incidencia de delitos, sin embargo la variación será mínima, por lo que el saldo en este rubro será positivo.

Los temas en los que el saldo será negativo son economía y salud; en el primero de ellos la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) será del orden del 9%, mientras que en materia de salud el número de contagios acumulados por Covid-19 rebasará 1 millón 420 mil y el de fallecidos alcanzará 125 mil en números oficiales.

Lo que sí puedo adelantar desde ahora es que el principal factor de la mejora en incidencia de delitos fue la crisis por coronavirus que obligó al confinamiento de familias enteras y el cese temporal de las actividades económicas.

De esta forma personas y negocios dejaron de ser potenciales víctimas de la delincuencia, particularmente de delitos patrimoniales como el robo en sus diversas modalidades y la extorsión presencial (cobro de piso), sin que ello implique que se haya alcanzado una tasa cero.

Tan drástico fue el encierro y cierre de unidades económicas no esenciales que entre marzo y abril (primer mes completo de encierro) la disminución de delitos totales fue de casi 34%, algo nunca visto en los 24 años de existencia del SNSP, como lo referí en este mismo espacio el pasado 19 de agosto.

Lo más parecido a este comportamiento fue el descenso registrado entre octubre y noviembre de 2014 con 12.7%, sin haber identificado en ese entonces la razón de tal reducción.

La reducción de la incidencia delictiva por efecto del coronavirus que parece tan obvia no lo es para varios gobiernos municipales, estatales e incluso federal que insisten en que la disminución de delitos obedece a su estrategia de seguridad basada en la prevención, coordinación y combate a los grupos criminales y no a la pandemia.

Un ejemplo es el caso de Puebla que para hacer más notoria la diferencia respecto del año anterior y del tiempo que lleva el actual gobierno estatal (16 meses) en comparación con administraciones pasadas, en su reciente informe de gobierno además de presumir el descenso en la incidencia delictiva, en el apartado de detenidos incluye hasta personas que fueron remitidas al juez calificador por faltas administrativas y no ante el Ministerio Público por la probable comisión de un delito.

Hasta aquí todo parece “miel sobre hojuelas” o mejor dicho la pandemia les cayó “como anillo al dedo”, sin embargo, al pasar al terreno económico las cosas cambian y en vez de mejorar, el PIB terminará contrayéndose en poco más del 9%, cifra muy cercana al 11.7% de reducción en la incidencia delictiva, solo que en materia económica una disminución cercana a los dos dígitos es peor.

Si bien las cifras oficiales las conoceremos hacia febrero del 2021, todo parece indicar que en economía no habrá cambios significativos ya que solo faltan dos días para que finalice el 2020.

De lo que ya existe evidencia empírica es que la parálisis de un amplio sector de la economía entre marzo y julio por la crisis del coronavirus trajo consigo la pérdida de 1 millón 100 mil empleos (IMSS), de los cuales hasta noviembre solo se habían recuperado el 50%. Además según encuesta del INEGI más de 1 millón de unidades económicas cerraron temporal o definitivamente, lo cual impactará en el eje de la estrategia de seguridad que tiene que ver con la atención a las causas del delito.

Queda pendiente ver si la recuperación económica y del empleo, así como la llegada de la vacuna contra el Covid-19 ayudan a que los delitos no se disparen nuevamente una vez que se reanuden en su totalidad las actividades formales e informales que sacarán nuevamente a las personas a las calles y espacios públicos, convirtiéndolas en potenciales víctimas al igual que los negocios sobrevivientes cuando hayan sido reabiertos.

Sería muy lamentable que al volver a la normalidad en 2021 también lo hicieran las cifras de delitos de 2019 y no hayamos aprendido algo del encierro y de la pérdida de vidas humanas durante 2020, sobre todo en el rubro de prevención social.

Por lo pronto queda claro que la atención de las causas del delito tendrá que replantearse ya que entre las apuestas para disminuir la incidencia delictiva se encontraba fortalecer el empleo, combatir la pobreza y ampliar los programas sociales dirigidos a los jóvenes, entre ellos “jóvenes construyendo el futuro” pero dichos rubros resultaron abollados por el coronavirus.

“Serenar” al país debe ser producto de la estrategia de seguridad y no del sacrificio de cientos de miles empleos y unidades económicas que trae consigo una contracción de la economía de esta proporción, menos aún de la ayuda del coronavirus que terminó encerrando por momentos a casi todos los mexicanos y paralizando la economía.

Hago votos porque las autoridades federales, estatales y municipales dejen de buscar culpables de la inseguridad en el pasado y encuentren pronto el rumbo que les permita mejorar las condiciones de tranquilidad de la población y no esperen que un nuevo o el mismo virus les ayude en 2021 porque el precio en términos económicos, de empleos y de vidas humanas es muy alto y pocos estamos dispuestos a pagarlo.

*Las ideas contenidas en este texto son responsabilidad de su autor y no reflejan la postura de News Report MX

Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”;  cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.

Facundo Rosas

Su trayectoria incluye el haber sido Director General de Terrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), Director General de Análisis Táctico de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP, Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Federal, Subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP Federal, entre otros cargos.

Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.

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