18 de abril de 2024

Tras considerar que México está rezagado en la aplicación de vacunas Covid-19 y sólo se ha logrado brindar la primera dosis al 0.18 por ciento de la población, la diputada e integrante de la Comisión de Salud, América Rangel Lorenzana, dijo que es momento de cambiar la estrategia para dispersar la vacuna, involucrando a la sociedad civil y gobiernos locales.

 

Para ello, propuso celebrar convenios de colaboración que permitan, en un corto lapso, se inocule a la totalidad de la población del país, incluyendo a la gente que vive en regiones alejadas.

 

“Nuestro país, y en particular la Ciudad de México, está en el punto más alto y grave de la emergencia, y el índice de mortalidad que se presenta debiera obligar a tomar medidas de contención, de aislamiento y de participación de todos los sectores de la sociedad, a fin de garantizar en un corto lapso, que las dosis de vacuna lleguen a todos”, indicó el diputado Jorge Triana, a nombre de la promovente América Rangel.

 

Al presentar un Punto de Acuerdo, hizo un exhorto para “generar mecanismos e instrumentos de coordinación con las 32 entidades federativas y modificar la estrategia centralizadora de la campaña de vacunación universal contra el virus Sars-Cov2”.

 

Hizo un llamado urgente al gobierno federal para dejar de lado su visión centralista y trabajar en colaboración con los gobiernos estatales y municipales, para que esta vacuna sea aplicada con objetividad.

 

“Y dar una respuesta pública a la brevedad, en donde se involucre a la Universidad Nacional Autónoma de México, a la Universidad la Salle y a las demás instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil, que de manera abierta y de frente a la ciudadanía, han ofrecido sus instalaciones, infraestructura y voluntariado, para la dispersión de la vacuna”.

 

América Rangel precisó que México tiene una estrategia política-epidemiológica, que coincide con el año electoral. “De nada sirve la vacuna para combatir la pandemia si hay una fallida estrategia de dispersión y ese afán controlador y centralista para su distribución, que nos deja claro que falta mucho para que la crisis finalice y, por ende, nos encontramos en una situación de extrema gravedad”.

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