21 de noviembre de 2024

«Monzón de Norteamérica», el fenómeno meteorológico que está afectando a México

El Monzón de Norteamérica afecta al noroeste de México y al occidente y suroeste de Estados Unidos de América

Durante los últimos días de junio y la primera semana de julio, en el noroeste de la República Mexicana se registraron acumulados de lluvia mayores a 100 milímetros (mm), que superan el promedio histórico para dicha región. De acuerdo con el pronóstico, las precipitaciones continuarán durante julio y agosto, lo que indica la presencia del Monzón de Norteamérica, conocido también como monzón mexicano.

¿Qué es el Monzón de Norteamérica?

El vocablo monzón se deriva de la palabra árabe mausim, que significa estación; por lo tanto, este fenómeno se refiere al cambio estacional en la dirección de los vientos entre el continente y el océano.

A nivel mundial, se han identificado cuatro regiones donde se presentan circulaciones monzónicas:

  • Suroeste de Asia y el Océano Índico;
  • Australia y la Polinesia;
  • África noroccidental y el Atlántico oriental,
  • Noroeste de México, al occidente y suroeste de Estados Unidos de América.

Cada año, entre finales de junio y principios julio, inicia el Monzón de Norteamérica, y puede extenderse hasta septiembre. Es generado por los vientos cálidos y húmedos que provienen del Océano Pacífico y el Golfo de California, los cuales convergen sobre el noroeste del territorio nacional.

Este fenómeno se caracteriza por generar lluvias intensas, aunque no continuas, en regiones del noroeste de México, principalmente en las montañas de la Sierra Madre Occidental y sus alrededores, que comprenden Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, el norte de Nayarit, Sinaloa y Sonora, así como el occidente y suroeste de Estados Unidos de América.

Durante los últimos días de junio se registraron acumulados mayores a 100 mm, que superan la climatología (promedio histórico) de las zonas que comprenden el noroeste del país y que oscilan entre los 40 y 60 mm. Más del 60% de la precipitación anual de esta región ocurre en este periodo e, incluso, en zonas donde no ha llovido, lo que ayuda a mitigar las condiciones de sequía y beneficia a los sectores agua, agrícola, ganadero y medio ambiente.

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