Pedro Sánchez subraya la urgencia de combatir el impacto del cambio climático y otras actividades del ser humano en la Antártida
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha inaugurado, junto a la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y al primer ministro de Australia, Scott Morrison, un encuentro para celebrar el 30º aniversario del ‘Protocolo de Madrid’.
‘Antártida: presente y futuro’ tiene como objetivo analizar los retos medioambientales terrestres y marinos a los que se enfrenta y movilizar a la comunidad internacional para lograr un acuerdo para ampliar las áreas marinas protegidas en la Antártida.
El presidente del Gobierno ha destacado: «Una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la Antártida es el cambio climático, que constituye un peligro real para la supervivencia a largo plazo de las comunidades marinas antárticas».
El ‘Protocolo de Madrid’, firmado en 1991, estableció un marco de protección integral para el medioambiente de la Antártida y prohibía de forma indefinida toda actividad relacionada con los recursos minerales, excepto la investigación científica. En el documento se destaca la importancia de seguir desarrollando iniciativas de cooperación científica multidisciplinar y de protección de espacios marinos.
Sánchez ha señalado que el ‘Protocolo de Madrid’ «demuestra el valor del derecho internacional como herramienta eficaz para gestionar bienes comunes», ya que, como ha destacado, «la gobernanza antártica se basa en la confianza y la responsabilidad mutuas, ya que no existe una autoridad central que establezca las normas».
Sánchez ha destacado que la ciencia «debe inspirar la educación de nuestras sociedades para un futuro mejor». En este sentido, el presidente ha llamado a trabajar para «garantizar que la Antártida siga siendo un espacio libre y cooperativo para el desarrollo de proyectos científicos, en un marco de mutua confianza y cooperación internacionales».
La implicación de España en la Antártida se plasmó con la puesta en marcha de dos bases de investigación científica: la Juan Carlos I, inaugurada en 1988 y coordinada por el CSIC, y la Gabriel de Castilla, que empezó su funcionamiento un año más tarde y que está gestionada por las Fuerzas Armadas españolas. Desde entonces, investigadores y técnicos españoles desarrollan proyectos científicos, de forma ininterrumpida durante el verano austral, en temas de cambio climático, contaminación, pingüinos y vulcanología.
El presidente ha destacado la gran biodiversidad del Océano Austral y la importancia de su protección porque «constituye un auténtico reservorio de especies». Un ejemplo de la importancia del buen funcionamiento de todo el ecosistema marino es el kril, un pequeño camarón cuya supervivencia depende de que no aumente la temperatura del océano, es fundamental para la alimentación de numerosas especies de ballenas, pingüinos y peces.
España, un país comprometido con la protección de la Antártida
La clasificación de una zona como Área Marina Protegida la convierte en un espacio restringido para la pesca, con lo que se busca preservar especies marinas, biodiversidad, hábitat y zonas de alimentación y de cría, entre otros. En la Antártida hay dos: la de las Islas Orcadas del Sur, y la del Mar de Ross. España y el resto de los Estados Miembros de la Unión Europea apoyan las propuestas para crear tres nuevas Áreas Marinas Protegidas: la Antártida Oriental, la del Mar de Weddell y la de la península Antártica.
Durante el evento organizado en el Museo Arqueológico Nacional, el presidente Sánchez ha recibido una petición ciudadana de apoyo, respaldada por más de 1,5 millones de firmas, por la que se apoya la creación de estas tres nuevas áreas marinas protegidas.
«Tenemos que seguir trabajando juntos por una Antártida para la paz y para la ciencia, ya que esto nos proporcionará ventajas a todos y un futuro más sostenible y resiliente para nuestras sociedades y para nuestro planeta.», ha concluido el presidente del Gobierno.