21 de noviembre de 2024

El Papa en la Audiencia: ante las adversidades de la vida, ser valientes como José

Es un error común considerar la valentía como virtud exclusiva del héroe, puesto que, en realidad, “la vida cotidiana de cada persona requiere valor para afrontar las dificultades de cada día”. Lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del último miércoles del 2021. El Santo Padre habló de José como un migrante “perseguido y valiente”, y realizó un fuerte llamamiento por los migrantes, que acompañó con una oración al padre adoptivo de Jesús.

En la audiencia General del último miércoles del año, el Papa Francisco habló de José como un migrante “perseguido y valiente” al referirse del episodio de la “huida a Egipto”, narrado en el Evangelio de Mateo. La familia de Nazaret sufrió en primera persona la precariedad, el miedo y el dolor de tener que abandonar su tierra natal: una situación que también hoy deben experimentar muchos hermanos nuestros. Motivo de ello, según el Papa, es “casi siempre” la prepotencia y violencia de los poderosos.

 

Tras recordar el episodio, el Papa Francisco hizo presente las opuestas personalidades del padre adoptivo de Jesús y de Herodes: el uno, premuroso y valiente, el segundo, de una crueldad “despiadada”.

 

Era un hombre cruel: para resolver los problemas, tenía solamente una receta: matar. Es el símbolo de muchos tiranos de ayer y de hoy; y para ellos, para estos tiranos, la gente no cuenta: cuenta el poder, y si necesitan de espacio de poder, matan a la gente. Esto sucede hoy: no debemos ir a la historia antigua, hoy sucede. Es el hombre que se convierte en «lobo» para los otros hombres. La historia está llena de personalidades que, viviendo a merced de sus miedos, intentan vencerlos ejerciendo el poder de manera despótica y realizando actos de violencia inhumanos.

 

Advirtió, el Santo Padre, que no sólo se vive “en la perspectiva de Herodes” si se convierte en “tiranos”, puesto que todos pueden caer en dicha actitud:

 

De hecho, todos podemos caer en esta actitud, cada vez que tratamos de disipar nuestros miedos con la prepotencia, aunque sea sólo verbal o hecha a base de pequeños abusos realizados para mortificar a los que nos rodean. También nosotros tenemos en el corazón la posibilidad de ser pequeños Herodes. 

 

José «es todo lo contrario a Herodes”. En primer lugar, es “un hombre justo” – dijo Francisco – mientras que Herodes, es un dictador. Pero, además, el padre de Jesús “muestra valor al cumplir la orden del Ángel”.

 

Cabe imaginar las vicisitudes que tuvo que afrontar durante el largo y peligroso viaje y las dificultades que comportaron la permanencia en un país extranjero, con otro idioma. muchas dificultades. Su valentía surge también en el momento de su regreso, cuando, tranquilizado por el Ángel, supera sus comprensibles temores y se instala con María y Jesús en Nazaret (cf. Mt 2,19-23). Herodes y José son dos personajes opuestos, que reflejan las dos caras de la humanidad de siempre. 

 

Según el Papa “es un error común considerar la valentía como la virtud exclusiva del héroe”, puesto que, en realidad, “la vida cotidiana de cada persona requiere valor para afrontar las dificultades de cada día”.

 

En todas las épocas y culturas encontramos hombres y mujeres valientes que, por ser coherentes con sus creencias, han superado todo tipo de dificultades, soportado injusticias, condenas e incluso la muerte. La valentía es sinónimo de fortaleza, que, junto con la justicia, la prudencia y la templanza forma parte del grupo de virtudes humanas conocidas como «cardinales». 

 

La lección que hoy nos deja José – concluyó el Santo Padre – es la siguiente: la vida siempre nos depara adversidades, es verdad, y ante ellas también podemos sentirnos amenazados, con miedo, pero sacar lo peor de nosotros, (como hace Herodes), no es el modo para superar ciertos momentos, sino actuando como José, que reacciona ante el miedo con la valentía de confiar en la Providencia de Dios.

 

Creo que hoy es necesaria una oración por todos los migrantes y por todos los perseguidos y por todos aquellos que son víctimas de circunstancias adversas: ya sea por circunstancias políticas, históricas o personales. Pero, pensemos en tantas personas que son víctimas de las guerras y que quieren huir de su patria y no pueden; pensemos en los migrantes que inician ese camino para ser libres y muchos fallecen en la calle o en el mar; pensemos en Jesús en los brazos de José y María, huyendo, y veamos en él a cada uno de los migrantes de hoy. La migración actual es una realidad a la que no podemos cerrar los ojos. Es un escándalo social para la humanidad.

 

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