Estados Unidos sanciona a una red iraní de contrabando petrolero
La organización internacional, dirigida por miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds, blanqueaba dinero para facilitar la venta del petróleo iraní bloqueado por las sanciones estadounidenses
En medio de unas complicadas negociaciones por la reactivación del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés), Washington ha vuelto a tomar medidas contra Irán. En esta ocasión, el objetivo ha sido una red iraní de contrabando petrolero que colaboraba en la venta del crudo y en el posterior blanqueo de capital. Lo que ha permitido a la República Islámica ingresar cientos de millones de dólares por un comercio petrolero que ya se encontraba bajo el bloqueo estadounidense.
Según ha afirmado el departamento del Tesoro de los EE. UU., la organización internacional liderada por funcionarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica – Fuerza Quds (también conocido bajo las siglas IRGC-QF), facilitaba millonarias ventas petroleras a la propia Fuerza Quds, así como al grupo libanés Hizbulá. Unos intercambios que podrían haber sido económicamente claves para Teherán después de que Washington anunciase, entre 2018 y 2019, el bloqueo a las exportaciones petroleras del país como respuesta al incumplimiento persa del acuerdo nuclear.
Sin embargo, más de tres años de esfuerzos estadounidenses para evitar el comercio de crudo iraní parecen no haber sido suficiente. A día de hoy, parte de la producción petrolera iraní –una de sus principales fuentes de ingresos – continúa todavía alcanzando los mercados europeos. En este sentido, y aprovechando la comparecencia, el Departamento del Tesoro ha anunciado también la imposición de nuevas sanciones contra entidades localizadas en China, Rusia, Turquía o Emiratos Árabes Unidos, que, supuestamente, sirvieron también como intermediarios de estas exportaciones.
“Mientras Estados Unidos continúa buscando un retorno mutuo a la implementación total del Plan de Acción Integral Conjunto, aplicaremos estrictamente las sanciones al comercio ilícito de petróleo de Irán”, advirtió al respecto el secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken.
Y es que la imposición de estas nuevas sanciones se produce en un contexto de fuerte crispación a causa del estancamiento de las negociaciones nucleares. “No tenemos un acuerdo con Irán, y las perspectivas de llegar a uno son, en el mejor de los casos, tenues”, dijo el representante especial de Estados Unidos para Irán, Robert Malley, frente al Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
“Si Irán mantiene demandas que van más allá del alcance del JCPOA, continuaremos rechazándolas y no habrá acuerdo”, agregó Malley en referencia a las continuas exigencias de Teherán para sacar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) de la lista de organizaciones terroristas. Una cuestión que ha lastrado, casi desde el comienzo, el avance de los diálogos indirectos y los esfuerzos internacionales por reactivar el acuerdo de 2015. Y que, incluso ahora, divide a la opinión de los altos cargos y dirigentes estadounidenses.
Mientras que una parte se inclina a sostener que la salida de la Guardia Revolucionaria de las listas de organizaciones terroristas no sería más que “una amenaza para los estadounidenses y la seguridad nacional de los Estados Unidos”, tal como ha sostenido el senador republicano Jim Rich. Otros sectores admiten que la designación de “terrorista” sí que fue contraproducente, pero prefieren esperar a que las negociaciones se materialicen en compromisos concretos antes de retirar la etiqueta.
Robert Malley, incluido en este último grupo, defendió ante el Senado estadounidense que revivir el JCPOA se presentaba como la mejor opción para acercarse a Teherán y reparar parte de las maltrechas relaciones con la República Islámica. El acuerdo perseguido en las conversaciones de Viena posibilitaría a la comunidad internacional volver a poner restricciones nucleares a Irán, mientras que, para el país persa, el restablecimiento de sus exportaciones petroleras le permitiría respirar económicamente de nuevo.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.