¿Cómo vencer la brecha de género STEM en México?
A pesar de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala a México entre los primeros cinco países de la región con más estudiantes STEM (carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), la brecha de género entre mujeres y hombres insertados en estos campos sigue siendo muy alta. En México, de acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), sólo 3 de cada 10 científicos son mujeres.
A la hora de buscar el origen y las causas de esta problemática, se advierte que el déficit se arraiga en la primera infancia de las personas. Sin ir más lejos, un estudio de OCDE muestra que, de cada 20 niñas mexicanas, menos de una considera estudiar o dedicarse a una disciplina STEM; a diferencia de los niños donde 4 de cada 20 considera estudiar alguna de estas carreras.
Es en este marco que en México toma relevancia el 11 de febrero, en conmemoración al Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia -declarado por la UNESCO y la ONU-Mujeres en el año 2015-, con el objetivo de promover a las mujeres y las niñas en este campo. “Es una oportunidad para poner en agenda una problemática que está presente en el mundo, según la UNESCO, del porcentaje promedio mundial de investigadores y profesionales de la ciencia, solo el 35% son mujeres”, señala Kevin Skovgaard, Inside Sales de Matific para México.
“En México, en 2021, por cada 100 hombres que comenzaban carreras como ingeniería y construcción, en paralelo lo hacían solo 45 mujeres; y en el caso de las disciplinas vinculadas con las ciencias de la computación sólo iniciaban 31 mujeres de cada 100 hombres”, agrega.
Jugando se puede revertir la brecha de género en carreras STEM
Retomando la investigación de IMCO, se observa que solo el 6% de 10 mil alumnas mexicanas encuestadas en la Zona Metropolitana del Valle de México, están interesadas en estudiar una carrera STEM. Para incrementar la participación de mujeres en estos sectores, es necesario intervenir desde los primeros años de escuela para despertar y generar el deseo y desarrollar las capacidades necesarias. La educación STEM juega un papel muy importante mostrando la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática como parte del mundo que habitamos, es hora de integrarlas y volverlas más amigables, buscando que desde pequeñas conecten con la vocación en estas especializaciones.
“Las carreras STEM se asocian con habilidades que son cada vez más importantes y valiosas para el presente y futuro de los mexicanos: solución de problemas complejos, pensamiento analítico y crítico, y capacidad de aprendizaje en disciplinas duras, son clave en esta era de la transformación digital”, comenta Daniel Bojorquez, Inside Sales para Matific en México.
La gamificación aplicada desde edades tempranas está siendo incorporada a los sistemas pedagógicos, sea de modalidad presencial o a distancia, online como offline, en la escuela, pero también en la familia. El valor del juego como parte del aprendizaje, o la utilización de la tecnología como medio complementario en el proceso pedagógico de los diferentes programas educativos está cada vez en menos discusión.
“Desde la plataforma de Matific se busca motivar a través del juego a los estudiantes mexicanos, desde edades tempranas y sin distinción de género. Al programa de estudio de su institución -pública o privada-, le sumamos la posibilidad de complementar con esta herramienta sus conocimientos, ayudando a incentivar el pensamiento crítico, la creatividad y la exploración”, agrega el referente de Matific en México. “Niños y niñas, todos por igual, tienen la posibilidad de acercarse sin temor, desde lo lúdico, a las problemáticas que proponen las ciencias duras”, agrega.
“Perder el miedo, habilitar al error, es muy importante en el proceso de aprendizaje de un niño o niña. La brecha de género con relación a carreras STEM se debe empezar a trabajar desde la primera infancia, buscando que tanto niños como niñas rompan con el mito de por ejemplo, ‘lo aburrido de las matemáticas’; o con la creencia de que las ciencias duras ‘le queda mejor a los hombres’”, expresa.
“Desde Matific estamos trabajando para la toma de conciencia y generación de buenas prácticas que busquen desarrollar las vocaciones STEM desde edades tempranas, especialmente en las niñas mexicanas, que tanto necesitamos para sortear el déficit de profesionales STEM en el mercado laboral de nuestro país”, concluye Bojorquez.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una vez más, pone en agenda la problemática de la brecha de género STEM en México. Contar con el compromiso de todos los actores del ecosistema educativo mexicano es clave para la toma de conciencia y generación de buenas prácticas que busquen desarrollar las vocaciones STEM desde edades tempranas, sin distinción de género.