2 de mayo de 2024

Más del 80% del estado de salud de una persona depende de factores sociales, como su lugar de vivienda y de trabajo, la calidad del aire que respira, la forma en que se transporta, el agua que utiliza y sus hábitos. Además, el acceso a la atención médica, a los recursos críticos y a las oportunidades para el bienestar también están determinados por estos factores.

 

Las poblaciones desfavorecidas y mal atendidas no tienen el mismo acceso ni las mismas oportunidades y sienten más agudamente estas desigualdades, resultando en expectativas de salud más precarias y tasas de mortalidad más altas. Aun así, toda la sociedad experimenta los efectos de las comunidades poco saludables y el aumento en los costos de la salud.

 

La inequidad en la salud es estructural. La brecha en la esperanza de vida entre países de bajos y altos ingresos puede llegar a ser de hasta 18 años y las desigualdades representan miles de millones en gastos anuales de atención médica, una realidad que se repite en muchos países alrededor del mundo y que abruma a sus sistemas. No es un modelo sostenible.

 

Así como la tecnología ha mejorado la calidad de vida de las personas en tantas otras áreas, también tiene el potencial para promover la equidad en la salud y desde mi punto de vista, los datos son la clave.

 

Las personas, ya sea como pacientes, médicos, líderes comunitarios o funcionarios de salud pública, necesitan datos limpios y confiables para tomar medidas relevantes. Debemos comprender los factores sociales que determinan el bienestar de las personas junto con la información de reclamos, investigaciones, operaciones y riesgos comunitarios, pues es evidente que el entorno físico del paciente, los comportamientos relacionados con la salud y los factores económicos marcan una diferencia profunda.

 

Reunir todos estos datos de manera significativa será un esfuerzo transformador. La mayoría de los datos clínicos están aislados y desconectados, existiendo fuera del sistema de registros electrónicos de salud de los hospitales. Conscientes de este desafío, en Oracle estamos construyendo una plataforma de atención médica abierta, inteligente y basada en la nube. El objetivo es conectar los sistemas clínicos de distintas organizaciones para incorporar datos como los factores sociales determinantes de la salud, así como los factores de riesgo comunitarios.

 

Con información centralizada y más completa, se puede llegar de manera más efectiva a tratar a diferentes segmentos de la población, dirigir mejor los recursos, programar intervenciones de manera equitativa, y crear políticas que promuevan justicia en la salud. Además, poner los datos a disposición de investigadores y científicos permite ampliar el acceso a ensayos clínicos, resultando en una participación más diversa que mejore la representatividad y, en consecuencia, la eficacia de los tratamientos.

 

Con más datos y mejor información surge una increíble oportunidad de crear un mejor sistema de atención médica que mejore las vidas y experiencias de pacientes, médicos y comunidades de todo el mundo, independientemente de su situación económica o geográfica, y eso decididamente contribuye a vivir en un mundo con más equidad.

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