15 de junio de 2024
televisores

23 de mayo de 2024.- La televisión fue inventada por el escocés John Logie Baird en 1923 y en 1926 fue transmitida la primera imagen en este dispositivo; posteriormente en 1938, el mexicano Guillermo González Camarena logró transmitir por primera vez en México la señal de televisión a color. Ha pasado un siglo desde que aquellos grandes inventos cambiaron la forma de vida de las personas, logrando darles un espacio de entretenimiento cotidiano en un contexto de grandes desafíos globales.

Estoy seguro que ni Logie Baird ni González Camarena imaginaron el impacto que sus inventos generarían en los últimos años dentro de la relación entre las personas y las soluciones tecnológicas, que ha evolucionado de manera exponencial como parte del cambio de necesidades en los consumidores y de las propias innovaciones como la llegada del Internet, el contenido en streaming y más recientemente, la Inteligencia Artificial.

Por supuesto que en aquella época, es decir en sus inicios, producir y comprar una televisión implicaba altos costos y largos períodos de tiempo, volviéndola prácticamente inaccesible para ciertos sectores de la población. En la actualidad, la categoría de televisores se ha vuelto un bastión central para la industria tecnológica mundial, al integrar una cadena de valor robusta que democratiza la tecnología de estos dispositivos para mejorar las opciones de entretenimiento de las personas con precios realmente justos.

Podría suponerse, por ejemplo, que hablar de soluciones de gran formato como 90, 100, 110, 120 y hasta 130 pulgadas en televisores y proyectores, implicaría pensar en productos dirigidos a consumidores de alto nivel, con costos estratosféricos de producción y en el precio final. Sin embargo, durante el Consumer Electronic Show 2024 (CES), el evento de tecnología más grande y reconocido del mundo, se refrendó que las tendencias de consumo en esta categoría se fortalecen cada vez más, derivado de un pautado y exponencial decremento en el costo de la producción de paneles para televisores, siendo en 2024 un 30% más económico en relación con 2021. Esto sin perder de vista la evolución tecnológica que permitió hacer paneles más grandes que conservan una calidad de imagen excepcional.

Y esto nos lleva a una gran incógnita, ¿la categoría de televisores orilló a los consumidores hacía una compra de formatos más grandes a un precio más económico? ¿O el aumento de producción de paneles de grandes formatos es respuesta al interés de los usuarios?

La realidad es que, según datos de Circana, en los últimos 3 años se ha visto un incremento de 79% en valor y un 139% en unidades dentro de la participación de mercado de los segmentos de 65 pulgadas en adelante lo cual se podría atribuir al cambio en el comportamiento social a raíz de la pandemia. En otras palabras, entre más tiempo se pasa en casa, mejor calidad y mayor tamaño requiere una pantalla.

Esto demuestra que la industria tecnológica se encuentra en un momento ideal para redoblar la producción de grandes formatos, pues estos representan el futuro del entretenimiento y un atractivo tanto para las marcas que año con año invierten más recursos para presentar imponentes modelos con tecnología de punta como Mini-LED, QLED o Laser y competir por demostrar su poderío tecnológico a lo grande; como para el consumidor, que puede elevar su experiencia de entretenimiento e inclusive, la de sus seres queridos, con dimensiones espectaculares llenas de brillo, colores y contrastes vívidos.

No obstante, es importante tomar en consideración que la mejor tecnología no tiene que ser necesariamente costosa y exclusiva de ciertos modelos descritos como gama alta, pues eso puede llegar a reducir de forma considerable las intenciones de compra de los consumidores y, curiosamente como en la época de Logie Baird y de González Camarena, volver a hacer inaccesibles estos dispositivos en tiempos donde los costos y tiempos de producción son significativamente menores en todos los sentidos. Basta con entender los requerimientos de cada perfil y traducirlos en la integración de componentes que brinden un producto que vaya acorde con las tendencias de mercado y los más altos estándares de calidad que convenzan al consumidor de estar adquiriendo no solo la mejor solución para sus necesidades, sino una verdadera relación calidad-precio.

En conclusión, para las marcas como Hisense, hoy en día es una prioridad visualizar a la democratización de la tecnología como un pilar fundamental dentro de sus valores, pues es un concepto que arraiga el compromiso que el sector tiene no solo por presentar lo último en innovaciones, sino, también en darle a la gente lo que realmente necesita y busca a un precio competitivo, traduciéndose a su vez en una industria cada vez más rentable y atractiva en inversión.

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