De la cocina tradicional, a la cocina moderna: el uso de aire para freír

10 de diciembre del 2025.- Durante décadas, las cocinas del mundo se construyeron alrededor de un principio casi inamovible: el sabor requiere aceite. Freír, dorar, sellar… todo parecía depender de esa capa de grasa que prometía textura y placer. Sin embargo, el cambio en los hábitos de consumo, la creciente atención a la salud y el tiempo limitado para cocinar dieron paso a una revolución silenciosa: cocinar con aire se convirtió en la nueva normalidad.

Hoy, la transición del aceite al aire no solo es una tendencia, es una respuesta directa a una generación que exige eficiencia sin sacrificar sabor. De ahí que las freidoras de aire evolucionaron de ser un gadget curioso a convertirse en uno de los electrodomésticos más buscados en los hogares mexicanos. El fenómeno tiene explicación: permiten replicar la textura crujiente de la fritura tradicional con una fracción de grasa, reducen olores en la cocina y aceleran procesos que antes requerían tiempos prolongados en estufa o sartén.

Pero la verdadera transformación está en el diseño y la capacidad. Para familias numerosas, o para quienes cocinan varios platillos al mismo tiempo, surgió la necesidad de equipos que resolvieran el clásico dilema: ¿cómo preparar dos recetas sin tener que esperar turnos? Es en este punto donde se observa la nueva ola de innovación: dispositivos que duplican el espacio de cocción sin duplicar el electrodoméstico.

Un ejemplo de esa evolución es la aparición de diseños de doble nivel, que permiten cocinar diferentes alimentos simultáneamente, cada uno con su propio tiempo y temperatura. Este tipo de soluciones responde a una cocina contemporánea que busca practicidad sin renunciar a la calidad. En el mercado mexicano, uno de los modelos que ha llamado la atención por su enfoque vertical es la Ninja Double Stack, una propuesta que aprovecha dos bandejas independientes para optimizar tiempos y evitar el uso de múltiples aparatos.

Más allá de la tecnología, lo relevante es lo que representa: una cocina que cocina por nosotros. Una cocina que se adapta. Una cocina que entendió que, entre el trabajo híbrido, las prisas entre semana y el deseo de comer mejor, el aire es el nuevo aceite. Y que la innovación ya no es solo cuestión de potencia, sino de diseño inteligente que acompaña el estilo de vida actual.

En un país donde la gastronomía es cultura, ritual e identidad, este cambio no significa renunciar al sabor, sino reinterpretarlo. Cocinar con aire es, en esencia, cocinar con intención: menos grasa, más textura, más tiempo libre. El futuro de la cocina no está en la sartén… está en el espacio entre el calor y el aire.

Porque la evolución culinaria no solo se mide en recetas, sino en las herramientas que nos permiten disfrutar de ellas.

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