411 mil toneladas de residuos aprovechados en 2018
La tecnología del coprocesamiento permite seguir los principios de la economía circular
Ciudad de México, 5 de junio de 2019.- Geocycle México incorporó 411 mil toneladas de residuos industriales y municipales a procesos productivos en 2018. Para 2019, se estima que serán alrededor de 460 mil toneladas. La tecnología que usa la empresa para hacerlo se conoce como coprocesamiento, un método que contribuye a la economía circular.
El coprocesamiento aprovecha la parte combustible de los residuos en sustitución de recursos no renovables como el carbón y coque. Algunos minerales, como el hierro de las llantas usadas, se integran a la producción de cemento para darle mayor resistencia. Estos dos beneficios se traducen en elementos de la economía circular.
La tecnología del coprocesamiento es poco conocida, aunque se utiliza en México desde hace 26 años. Es una alternativa energética confiable empleada diariamente por más de 50 países alrededor del mundo. Contribuye a reducir la huella ambiental al disminuir el uso de recursos naturales y la generación de bióxido de carbono.
De esta manera, el coprocesamiento ayuda a reducir la contaminación del aire. Este tema es la narrativa central del Día Mundial del Medio Ambiente en 2019. El enfoque de Geocycle para esta celebración: Menos es Más (menos residuos para un mundo más limpio).
Beneficios del coprocesamiento
El coprocesamiento ofrece una alternativa segura de gestión de residuos para las industrias y municipios. A nivel global, Geocycle aprovechó 14 millones de toneladas en 50 países. Esto es equivalente a la cantidad de basura coprocesable que produce la Ciudad de México en 3 años.
La tecnología del coprocesamiento es una buena alternativa para manejar residuos porque:
- Reduce las emisiones de gases efecto invernadero para frenar el calentamiento global
- Disminuye la dependencia de recursos naturales no renovables
- Frena la acumulación de basura en rellenos sanitarios
El coprocesamiento es reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a través del Convenio de Basilea acordado por 170 países. Este instrumento ambiental global fue adoptado el 22 de marzo de 1989 y en México es reconocido y regulado bajo la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos.