La cerveza y los destilados no son lo mismo, te contamos las diferencias desde el punto de vista de la salud y la alimentación
La cerveza y los destilados no son iguales y su proceso de producción es el principal diferenciador.
Ciudad de México, a 13 de septiembre de 2022.- Es común pensar que la cerveza y los destilados son bebidas que pertenecen a la misma categoría, sin embargo, tienen diferencias fundamentales entre sí que van desde la apariencia, el sabor y el olor hasta llegar al proceso de producción y los efectos que tiene su consumo en la salud y la alimentación de las personas.
Para comenzar a entender por qué no son lo mismo debemos ir al origen: la producción. La cerveza, al igual que el vino y el pulque, forman parte de las bebidas fermentadas, donde ingredientes como los cereales y frutos altos en azúcares pasan por un proceso químico/biológico que consiste en un largo reposo a altas temperaturas, de esta forma los hidratos de carbono como la glucosa, la fructosa, la sacarosa y el almidón se transforman en alcohol etílico y dióxido de carbono.
Los destilados como el whisky, ron y vodka también pasan por un proceso de fermentación, pero después son destiladas, es decir, el líquido fermentado se calienta hasta llegar a la evaporación del alcohol, mismo que al ser condensado será más puro. Generalmente, estas bebidas pasan por varias destilaciones para aumentar su grado alcohólico, por ello, gran parte del primer líquido desaparece por completo.
El grado de alcohol de ambas bebidas no es el mismo. Las fermentadas no superan los 16 grados, en el caso de la cerveza el promedio va de 2 a 11 grados. Los destilados llegan a alcanzar hasta 50 grados de alcohol.
La composición química es otro gran diferenciador entre la cerveza y los destilados. Por su origen, la cerveza contiene calcio, hierro, yodo, magnesio, zinc, sodio, potasio, fósforo, niacina, selenio, ácido fólico, antioxidantes, vitamina A, vitamina B6 y B12, vitamina C, D y E, además de acuerdo con un estudio publicado en la revista European Journal of Epidemiology, destaca que quienes beben cerveza moderadamente tienen 42% menos riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca
Por el contrario, los destilados pierden la mayoría de sus nutrientes y propiedades debido a su proceso de producción. Además, tienen un alto concentrado de azúcares, incluso, los mezcaldores y las bebidas preparadas suelen tener azúcar adicional que más tarde se convertirán en grasa si su consumo es elevado. Finalmente, el nivel calórico dista mucho entre ambos tipos de bebidas y, a continuación, presentamos una tabla comparativa que incluye el conteo calórico de los fermentados y algunos destilados.
Bebida |
Calorías |
Anís (100 ml) | 265 |
Tequila (100 ml) | 264 |
Whisky (100 ml) | 245 |
Coñac (100 ml) | 233 |
Ron (100 ml) | 232 |
Vodka (100 ml) | 231 |
Ginebra (100 ml) | 220 |
Vino tinto (100 ml) | 71 |
Sidra (100 ml) | 50 |
Cerveza (100 ml) | 42 |
Referencias:
- Simona Costanzo, Augusto Di Castelnuovo, et. a.l. Wine, beer or spirit drinking in relation to fatal and non-fatal cardiovascular event: a meta-analysis. European Journal of Epidemiology. Consultado en https://link.springer.com/article/10.1007/s10654-011-9631-0