23 de abril de 2024

Revertir la desigualdad coadyuvará a fortalecer la democracia en la región, sostuvo la Directora del Departamento de Inclusión Social de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Betilde Muñoz-Pogossian, durante la Conferencia Magistral Estacional Primavera 2019, “Desigualdad y Democracia: La inclusión social y el acceso a Derechos Humanos en las Américas”, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Al comentar la conferencia en el Auditorio del INE, la Consejera Dania Ravel destacó que no puede haber una democracia plena cuando existen sectores de la población que no puede ejercer sus derechos elementales.

Ante el Consejero Presidente, Lorenzo Córdova Vianello; el Consejero Jaime Rivera; organizaciones de la sociedad civil; partidos políticos y medios de comunicación, señaló que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo, por lo que el reto es mayúsculo.

“Una de las tareas fundamentales de las consejeras y consejeros electorales es promover la inclusión y la igualdad y en el ámbito del Instituto Nacional Electoral nos toca velar porque todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos político-electorales”, indicó.

Betilde Muñoz-Pogossian llamó a no permitir que la desigualdad continúe coexistiendo con la democracia.

“Bajemos la barra de tolerancia, no podemos estar cómodos con acciones que discriminan, que generan desigualdad, que limitan el goce de derechos para las y los ciudadanos”, precisó.

Sostuvo que, a mayor goce de derechos económicos, sociales y los beneficios de la cultura, mayor gobernabilidad y viabilidad democrática habrá en los países del hemisferio.

Durante su disertación -organizada por el INE como parte del ciclo de conferencias magistrales estacionales 2018-2019, en el marco de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica (ENCCÍVICA) 2017-2023-, la también doctora en Ciencias Políticas coincidió con la Consejera Ravel en aseverar que América Latina enfrenta profundas desigualdades y este problema tiene orígenes y manifestaciones diversas.

Sin embargo, señaló que existen las herramientas para nivelar esta situación y progresivamente acercar el goce de derechos a toda la ciudadanía.

Dio cuenta de los avances de algunos países de la región para generar mayor inclusión, una mejor redistribución económica y la consolidación de la democracia.

Asimismo, planteó retos como la falta de acceso en puestos de poder de mujeres, indígenas y comunidad afrodescendiente; la garantía del derecho al voto de migrantes y personas trans e intersex y lamentó el aumento de la pobreza extrema, “alcanzando el nivel más alto registrado desde 2008, con 62 millones de personas”.

La desigualdad, agregó Muñoz-Pogossian, es especialmente sufrida por mujeres, en promedio ganan 71 por ciento menos que los hombres; dedican entre 15 y 30 por ciento más horas semanales al trabajo; la tasa de desempleo es de 8.6 por ciento contra de 6.6 por ciento de ellos, mientras que, sin ingresos propios están casi un tercio de las mujeres de la región.

“En materia democrática, el balance es mixto, pero si lo miramos con el lente de la desigualdad es motivo de preocupación” aseveró, al afirmar que existen herramientas para abordar la desigualdad, proteger la democracia y lograr la inclusión social para acercar más derechos a más gente como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Sobre todo, dijo, traducir a la realidad cotidiana de cada una de las personas en el hemisferio todos esos compromisos en materia de derechos humanos. El problema agregó, es que a pesar de que se comparte la comprensión de que una elevada desigualdad no fortalece la democracia, “pareciera que la democracia hasta ahora ha podido coexistir con la desigualdad, lo cual ya no debemos permitir”.

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