18 de diciembre de 2024

OPINIÓN | Por sus frutos los conoceréis…

Solo aquello que se puede medir, se puede mejorar, obvio, si hay la voluntad de hacerlo… ¿Cómo se puede evaluar al gobierno de López si el siempre tiene «otros datos»? Con sus promesas

Tiempo y destiempo


Esta semana se cumple un año de la llegada al poder de la 4T y si bien es cierto que tras un desempeño electoral avasallante y que al día de hoy el presidente se encuentra en una posición mucho más alta que la de cualquiera de sus antecesores, también debemos decir que ha sido de los mandatarios que ha perdido la mayor parte de su apoyo popular a tan sólo un año de ejercicio del poder, con una caída de casi el 20 por ciento.

Con todo y ello, la actual administración federal nos ha obligado a cambiar formas y tiempos de la política y ahora las evaluaciones son medidas en tiempos 4T y no en tiempos constitucionales como lo marca el informe de gobierno. Es por ello que sin rubor procedamos a la minuciosa tarea de evaluar nuestro año en esta aventura llamada cuarta transformación.

Comencemos por decir que para poder medir cualquier cosa necesitamos una unidad estándar. De hecho, entre los economistas existe una historia que cuenta que alguna vez a un colega se le preguntó ¿Cómo esta su mujer? A lo que este respondió no sin razón: Comparada con quien. Esta idea afortunadamente no es distinta al aplicarla al ejercicio del poder bajo la lógica de que solo aquello que se puede medir, se puede mejorar, obvio, si hay la voluntad de hacerlo.

Es por ello que no pretendo incorporar una nueva tabla de evaluaciones gubernamentales, para ello, le guste o no al actual gobierno contamos ya con un andamiaje serio y probado, basado en instituciones de gran prestigio nacional e internacional como Coneval, el INEGI, Banxico, e incluso el mismo H. Congreso de la Unión, así que por mas libres que seamos del neoliberalismo y que poseamos otros datos, el metro siempre medirá 100 cm. y el kilo pesará 1000 gr.

Aclarado este punto comenzaré por exponer que, en el ejercicio de gobierno, de derecha de izquierda, de centro, de arriba y de abajo, existen grandes agregados que facilitan la tarea de medir y comparar y que usualmente son los empleados al momento de redactar un informe de gobierno por ser estos de fácil entendimiento y gran alcance: Estado de Derecho, seguridad, infraestructura, economía, política exterior y bienes sociales.

En cuanto a Estado de derecho, al principio de este gobierno se prometió un cambio de fondo específicamente en cuanto al tema de la corrupción. Hoy si bien es cierto que destacados funcionarios de otras administraciones se encuentran bajo investigación judicial, aún existen casos indignantes como la inexplicable riqueza del director de CFE, o el magistrado Padierna que ha permitido libre paso a los caprichos mas ambiciosos de este régimen, además de que en materia de transparencia, este gobierno parece no estar preocupado por la ley que acceso a la información pública, ello sin mencionar que de las reformas emprendidas por esta administración ninguna abona a una seguridad de la propiedad privada, y por el contrario hoy corremos el riesgo de ser etiquetados como parte del crimen organizado en caso de cometer algún error en nuestra declaración de impuestos gracias a la ley de Extinción de dominio.

En cuanto a seguridad se nos garantizó que nuestras familias vivirían tranquilas bajo un régimen de abrazos y no de balazos, desafortunadamente la realidad nos muestra que vivimos una de las mayores crisis de la historia. No hay estado que se libre del crimen organizado, cada día un nuevo alcalde de MORENA tiene que reconocer la incapacidad de sus mandos para contener a las bandas delictivas y en el agregado, la terrible estrategia y manejo de los hechos de Culiacán y el caso LeBaron nos dejan cuentas sólo comparables a lo ocurrido en Ayotzinapa, sólo que en el caso de la 4T no sabemos siquiera si el Estado pudo o tuvo la capacidad de proveer, ordenar o detener dichos acontecimientos.

Agregado a esto, las fuerzas de seguridad han pasado de ser escuadrones del terror a soldaditos impávidos que pueden ser increpados por cualquier turba de borrachines en plena juerga, o a constructores de aeropuertos internacionales o agentes migratorios de lujo, todo menos los encargados de hacer valer la ley, la justicia y ejercer el monopolio de la fuerza en el país, lo que ha provocado un profundo descontento entre los más altos mandos militares.

En cuanto a infraestructura, se prometió una nueva era de modernización del país que tuviera énfasis en las zonas marginadas, sin embargo, tras la decisión, berrinche, o como quiera llamarle, de cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México a la cual se le conoce ya como “el error de abril” y a pesar de contar con un plan de infraestructura, sigue patente la falta de un proyecto serio y de largo alcance que no sólo rescate la zonas marginadas, sino que provea al país de vías de comunicación eficientes y modernas para sustentar un crecimiento económico decente.

Por su parte los grandes proyectos empeñados son grandes sueños estancados: el tren maya descarrilado, el aeropuerto de Santa Lucia nomas no despega, y el resto de los proyectos presentados en el plan de infraestructura son parchecitos a carreteras y uno que otro trenecito que estaba pactado en gobiernos anteriores y que pasará sin mas merito ni gloria. que el chu chu expresado por Manuel Bartlett.

Y para acabarla, la ultima esperanza se esfumó al conocer el Presupuesto de la Federación el cual destinará el año que viene a este rubro menos del 1% del PIB cuando estudios serios recomiendan al menos un 5% para las necesidades básicas de un país en desarrollo.

Esto nos lleva al siguiente punto, economía, 4% se prometió, aunque en este sentido sólo diré una cosa: si tu secretario de hacienda te renuncia en los términos en los que lo hizo el Dr. Urzua es porque sabía que venia una calificación del 0.01% que ni en la mas chafa de las reformas educativas alcanzaría para subirle el punto cinco.

En política exterior nunca se prometió nada porque nunca se entendió nada, así que nuestro mayor logro es el de haber detenido la avalancha migrante al país vecino del norte, sin embargo, fuera de ello, abandonamos nuestro lugar en el G20, y no hemos asistido de forma seria a ninguna de las grandes reuniones internacionales donde no sólo se define nuestra posición en el mundo sino en las cuales se concretan negocios que atraen inversiones que a su vez crean empleos.

Finalmente los bienes sociales educación y salud, serían el mero mole vaya donde venía el punch de esta trasformación moral, social, política y hasta religiosa de la 4T, sin embargo aquí también les hizo agua la canoa, en educación pues ya sabemos echar para atrás la reforma educativa con lo que ahora ni calidad ni educación, así que como el perro de las dos tortas, y en cuanto los dos grandes programas de esta administración: el de seguridad social para trabajadoras domesticas se encuentra en fase piloto con un director del IMSS renunciado y otro que ha resultado mejor para organizar desfiles que abasto de medicamentos.

Y el segundo programa Jóvenes construyendo el futuro, ha sufrido un decremento del 60% de su presupuesto para 2020, lo que en pesos quiere decir que o todos los jóvenes de México tienen ya un empleo medianamente pagado, o tristemente que fue un programa que por falta de diseño, reglas de operación y evaluación está destinado a ser un programa anecdótico de este gobierno.

De esta forma creo que he utilizado más espacio del acostumbrado, pero quiero destacar que la unidad de medida utilizada para comparar los logros o no logros no fueron los pronósticos de crecimiento de Banxico, o los índices de evaluación de Coneval sino las propias promesas que el Sr. Presidente realizo en campaña y al momento de asumir el cargo, por aquello de tener otros datos y hacerles mala obra.

Aclarado el punto, prometo en la próxima entrega dedicarle a las grandes aportaciones del la 4T, que si bien no se reflejan en los grandes agregados que a usted, a un servidor y a cualquier país civilizado le interesan, sí son relevantes para la forma de hacer política o como diría un exjefe de echar grilla que eso sí es lo suyo suyo.

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