OPINIÓN | Inseguridad y feminicidios dominan la agenda nacional de marzo

Con una diferencia de tres días tendrán lugar dos movilizaciones masivas en demanda de mejores condiciones de seguridad. 

la primera, el 5 de marzo en Puebla, para exigir justicia por el caso de los tres estudiantes de medicina de la BUAP y UPAEP asesinados el 24 de febrero en Huejotzingo; la segunda, el 8 de marzo a nivel nacional, para conmemorar el Día internacional de la mujer y protestar en contra de los feminicidios.

Todo lo anterior previo al paro nacional convocado con el hashtag #UnDíaSinMujeres, previsto para el 9 de marzo y el cual anticipa un hecho de la mayor trascendencia para la historia contemporánea del país.

En una de esas, a lo mejor a esto hacía referencia el eslogan de la campaña electoral del actual presidente de México que textualmente decía “Juntos haremos historia”.

Volviendo a los movimientos previos al paro de mujeres, en el caso de Puebla, todo inició el 25 de febrero cuando estudiantes de medicina de dos universidades (BUAP y UPAEP) donde estudiaban los alumnos privados de la vida se organizaron espontáneamente para exigir el esclarecimiento del caso y mejores condiciones de seguridad en sus Campus. 

Acto seguido, la convocatoria fue cobrando fuerza al grado tal que para mañana jueves 5 de marzo se tiene previsto que se movilicen estudiantes perteneciente a por lo menos 30 universidades del estado, entre públicas y privadas.

De hecho, es la primera ocasión que alumnos de instituciones de enseñanza pública y privada se manifiestan en contra de un tema en común, la inseguridad, que en el caso de Puebla se ha incrementado recientemente en términos de percepción. (periódico Central de Puebla 5 de febrero 2020).

Cabe recordar que en el año 2015, en la entidad poblana se presentó un incidente no menos grave pero que no logró concitar algún tipo de manifestación pública y menos conjunta, me refiero al caso del secuestro y homicidio de un estudiante de preparatoria del Tecnológico de Monterrey, quien fue víctima de un grupo integrado por sus propios compañeros de la escuela procedentes de Veracruz.

En cuanto a la movilización de diferentes grupos de feministas para conmemorar el Día internacional de la mujer, si bien no alcanzara los niveles de convocatoria esperados para el “movimiento” del 9 de marzo, si encenderá los motores para que al día siguiente millones de mujeres protesten en silencio y desde sus espacios personales en contra de la violencia y el feminicidio como nunca antes.

En ambos casos, pero con mayor razón en torno al paro nacional del 9 de marzo, un factor que ha catalizado el movimiento ha sido el discurso del propio presidente de la República, quien el martes 3 de marzo anunció que en esa misma fecha iniciaría la venta de los “cachitos” de lotería para la “rifa” del “avión presidencial”, que dicho sea de paso, ya no es del “avión presidencial” sino un eufemismo utilizado para desviar la atención de otros problemas nacionales.

Menos mal que hoy se desistió públicamente de iniciar la venta de los “cachitos” poniendo como excusa que no sabía que el 9 de marzo esta previsto el “paro nacional” de las mujeres convocado inicialmente por el colectivo “Brujas del mar”, cuando él mismo había hecho referencia al evento cuando aclaró que no hizo cambiar de opinión a su esposa, que al inicio de la convocatoria había manifestado su total apoyo y a las pocas horas se retractó y se pronunció por lo contrario.

Bajo esta tesitura y más allá de las “pérdidas” económicas que el movimiento significará, el denominado “paro nacional” marcará un antes y un después en el papel de las mujeres en México y de paso pondrá la vara muy alta a los responsables de la seguridad pública del país, a quienes no estaría mal recordarles la frase de uno de los empresarios consentidos de los hoy integrantes de la 4T “si no pueden, renuncien” o por lo menos inténtenlo como el encargado del programa “sembrando vida”, a quien por cierto no le salen las cuentas de cuantos árboles ha sembrado.

Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”;  cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.

Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.