21 de noviembre de 2024

OPINIÓN | Acciones fallidas, siempre habrá a quien culpar

Si el vocero federal en materia de coronavirus se va de vacaciones a Huatulco y lo “cachan”, la culpa es de los internautas que tomaron las fotografías y de los periodistas que todo magnifican

Acciones fallidas, siempre habrá a quien culpar

Acciones fallidas, siempre habrá a quien culpar

Si los homicidios dolosos no han disminuido como lo había prometido el gobierno federal en turno, la culpa es de las administraciones anteriores. Y mientras más atrasadas, mejor; así se amplía el abanico de adversarios que operan en contra para que las cosas no mejoren.

Con este discurso estamos llegando al tercer año de un gobierno que, si nos atenemos a lo ofrecido, hoy estaríamos más cerca de niveles de violencia de países nórdicos o de Japón que de países centroamericanos como Honduras y El Salvador.

Lo único cierto es que el segundo año estará cerrando con una tasa de 29 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, similar al 2019, en vez de los 3.6 casos que es el promedio de los países de la OCDE y que propuso como meta de medio sexenio el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, pero ante la imposibilidad de cumplirlo mejor abandonó dicha dependencia y se fue de candidato de Morena al gobierno de Sonora.

Revertir la tendencia en la tasa de homicidio no es cosa sencilla pero tampoco imposible y ejemplos de que se puede lograr sí existen, no como quisieran, pero los hay y uno de ellos es Ciudad Juárez, Chihuahua, donde no solo se logró contener la violencia que alcanzó una tasa máxima de 206 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes en 2010 a solo 30 en 2012, sino que el secuestro se redujo a cero entre 2010 y 2012.

Es más, el mismo ex titular de la SSyPC acudió en 2018 a entrevistarse con el coordinador de la Mesa de seguridad pero no hicieron caso a sus recomendaciones y los resultados ahí están, unas “Mesas de seguridad o de coordinación para la construcción de la paz”, descafeinadas, ya que no existe la participación de la sociedad civil organizada, que seguramente marcaría la diferencia y quizá hoy sí estaríamos mejor con ya sabes quién.

Si se pierden 277 mil empleos en diciembre del 2020, cuando de agosto a noviembre del mismo año se había recuperado el 50 por ciento de los perdidos entre marzo y julio, la culpa es del neoliberalismo, en particular del outsourcing, por eso hay que erradicarlo.

De cualquier manera no habrá incentivos económicos y fiscales a las unidades económicas porque eso equivaldría a un rescate y endeudamiento del país, en todo caso que los empresarios (verdaderos generadores de empleo) se “rasquen con sus uñas” y si van a quebrar, que quiebren.

Si directivos y administrativos del sector salud que no se encuentran en la primera línea de batalla -y alguno que otro de sus parientes- se vacunan contra la Covid-19, la culpa es de los corruptos de las otras administraciones que se quedaron y tratan de ensuciar las acciones emprendidas de la 4T.

Total, si médicos, empleados y directivos lo han hecho siempre y hasta con las vacunas para perros, lo van a seguir haciendo, con mayor razón si se trata de medicamentos para salvar su “pellejo”.

Si las autoridades del gobierno de la Ciudad de México y en general del país quisieran resolverlo, bastaría que se dieran una vuelta por los hospitales y clínicas, pero sin avisar a nadie; si anuncian que van a ir a una gira de trabajo o solo monitorean desde su oficina, nunca podrán conocer este problema. La intervención del personal del ejército en la distribución y aplicación de las vacunas no alcanza, ya que sus instalaciones son finitas comparado con lo que se pretende hacer para vacunar a toda la población.

Si las vacunas no llegan conforme a lo programado, la culpa es de las farmacéuticas que las elaboran y en el mejor de los escenarios de las empresas de mensajería que retrasan las entregas, pero los medicamentos serán entregados próximamente.

Esta situación ha pasado en por lo menos dos momentos; el primero el 23 de diciembre del 2020, cuando se esperaba un cargamentos de 1 millón 400 mil vacunas y solo llegaron 3 mil dosis y el segundo el día de ayer (5 de enero del 2021), después de un retraso. En ambos casos no se sabe que haya penalización ni sanción alguna; total, el fin justifica los medios.

Si el vocero, que no estratega, del gobierno federal en materia de coronavirus se va de vacaciones a Huatulco, Oaxaca, y lo “cachan” contradiciendo sus propias recomendaciones de quedarse en casa, evidenciando su doble moral y doble lenguaje, la culpa es de los internautas que tomaron las fotografías en el avión y en un restaurante de la playa de Zipolite, así como de los periodistas que todo magnifican y sus adversarios políticos que aprovechan la oportunidad para golpearlo, pero que no renunciará a su cargo.

Al subsecretario de salud solo le faltó decir que iría a la playa “La Entrega”, para ver si con un poco de suerte ahí le entregaban las más de 1 millón, 300 mil vacunas que quedan pendientes de traer a México, pero que hasta ahora se ha quedado en promesa.

Si las camas generales y con ventilador de la Ciudad de México y el Estado de México se saturan, la culpa es de la ciudadanía que no ha hecho caso al llamado a quedarse en casa durante la navidad y año nuevo.

El único que está autorizado por el titular del ejecutivo federal para viajar en plena crisis del coronavirus en el país es el subsecretario en funciones de vocero, si alguien más lo hace seguramente es fifí, neoliberal o conservador. Es más, se fue sin avisar y menos pedir permiso a su jefe inmediato que es el Secretario de Salud federal.

Finalmente, si se registra un apagón en 21 estados, y no en 12 como reportó la CFE, la culpa es del pastizal que se le ocurrió quemarse y de los neoliberales que con la reforma energética abrieron paso a energías limpias, ya que ambos factores generaron el “desbalance”.

Al respecto, si el documento con el que la CFE pretendió justificar dicho “desbalance” es falso, como lo demostró el gobierno del estado de Tamaulipas y aceptó el gobierno federal, es lo de menos ya que el incendio en el pastizal sí existió y eso justifica que se haya emitido el oficio apócrifo, la mentira es lo de menos.

Lo que el pastizal y las fuentes de energía limpia afectaron en materia de energía eléctrica al país no lo pudo lograr ni el EZLN con sus sabotajes al tendido eléctrico en 1994 en el Valle de México, así es que ahora cada que se genere un incendio cerca de una torre con cables de luz hay que preparar sus velas porque seguramente habrá apagón marca 4T.

La pregunta del día es de qué sirve el Grupo de Coordinación para la atención de Instalaciones Estratégicas (GCIE) que funciona desde 1994 y le tocó encabezar al autor de esta columna en dos periodos (1999-2000 y 2007-2012), será acaso que solo cobra y no cumple con sus objetivos como el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y también hay que desaparecerlo? Es pregunta que no admite como respuesta un apagón.


Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”;  cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.

 

Facundo Rosas
Ingeniero Facundo Rosas
Su trayectoria incluye el haber sido Director General de Terrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), Director General de Análisis Táctico de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP, Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Federal, Subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP Federal, entre otros cargos.

Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.

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