22 de noviembre de 2024

OPINIÓN | “Encapsulamiento”, ¿privación ilegal de la libertad?

¿Será que el cristal con que se miran los actos de “represión” en tiempos de la 4T no les permite ver que en el fondo son igual de graves que los perpetrados en administraciones anteriores?

encapsulamiento de manifestantes

encapsulamiento de manifestantes

Por si las “maromas mediáticas” de la autodenominada 4T para referirse a diversos temas no fueran suficientes, ahora llegan los “eufemismos” para no llamarle a las cosas por su nombre y seguir culpando al pasado y a los conservadores de los errores que cada día se acumulan.

Primero fueron utilizados para la Covid-19, cuando el color rojo del semáforo epidemiológico fue bautizado como “naranja con alerta” o mandarlo al diablo y llamarle simplemente “alerta máxima”, todo para no aceptar que en la Ciudad de México permanecimos casi un año en la fase más crítica de la pandemia, es decir en color rojo.

Ahora tocó el turno a la movilización en el marco del Día Internacional de la Mujer, también conocido como 8M, cuando un grupo de mujeres, incluidas 4 periodistas de igual número de medios de comunicación fueron “encapsuladas” y privadas de su libertad durante más de 3 horas en las inmediaciones de la estación Hidalgo del sistema de transporte colectivo Metro por parte de elementos de la Policía Bancaria e Industrial de la SSC de la Ciudad de México, sin que hubiera repercusiones de fondo en los ámbitos político y legal.

En términos políticos, la jefa de gobierno de la capital del país se limitó a “pedir” la destitución del Director General de la Policía Bancaria e Industrial, quien ya no se encontraba en funciones desde el viernes 5 de marzo, cuando fue separado de su cargo y sustituido por el ex Director Ejecutivo de la Policía de Proximidad en las Alcaldías de Tlalpan y Magdalena Contreras tras detectar diversas irregularidades en el desempeño de sus labores, es decir que destituyó a un destituido.

Además se refirió a él como subsecretario, cuando que en la estructura orgánica dicho cargo no existe; todo para evitar que el daño colateral escalara hasta el nivel más alto, que en este caso sería el propio titular de la SSC.

Al respecto cabe recordar que el 23 de mayo de 1996, elementos de la policía preventiva (granaderos) de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal “agredieron” a profesores de la CNTE que se manifestaban en la capital del país, por lo que varios activistas que hoy militan en Morena pidieron la renuncia del titular de la SSP; resultado de dichos reclamos el hoy extinto David Garay Maldonado fue destituido el 28 de mayo del mismo año por el entonces presidente de la República Ernesto Zedillo bajo el lema de que “la violencia no debe responderse con violencia”.

¿Dónde he escuchado esa frase? Qué diferente suenan esas mismas voces que ahora acusan al pasado y a los conservadores de todo lo que les sucede, incluidas la confusión de cargos, la destitución de mandos previamente destituidos y la utilización de gases lacrimógenos.

En términos legales, si las manifestantes y las propias fotorreporteras retenidas (una de ellas esposada) en contra de su voluntad por más de 3 horas se ponen exigentes, podrían denunciar privación ilegal de la libertad, algo que va más allá de un simple “encapsulamiento” y podría tipificarse como delito e incluso alcanzar a los mandos superiores que la jefa de Gobierno exoneró como si fuera juez.

Para no desentonar a la máxima autoridad capitalina, se pronunció la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, exigió investigar y sancionar las agresiones en contra de las periodistas pero no aclaró si se trató de una violación grave de los derechos humanos de las fotorreporteras, tampoco informó si abrió una queja y si en breve emitirá una recomendación como hubiera pasado en automático en otros sexenios.

¿Será que el cristal con que se miran los actos de “represión” en tiempos de la 4T no les permite ver que en el fondo son igual de graves que los perpetrados en administraciones anteriores o será que le temen al fantasma del 2 de octubre que ronda en cada manifestación de mujeres y que en esta ocasión se les apareció en el Metro Hidalgo en forma de periodistas y en el zócalo en forma de dron?

¿Será que la sola mención de las palabras “granaderos”, “francotiradores” y “gas lacrimógeno” saca de balance al titular del ejecutivo federal y la jefa de gobierno de la Ciudad de México y arremeten en contra de todos sus críticos hasta encontrar algún culpable?

¿Será que las “latas” o dispositivos de gas lacrimógeno lanzados por elementos de policía desde atrás de la valla en el punto donde fue vencida por las manifestantes no existieron jamás, independientemente de que hayan sido filmadas por cámaras de teléfonos celulares y de los medios que dieron cobertura al evento y para justificar evocarán al extinto líder de la CTM Fidel Velázquez en el sentido de que las grabadoras mienten?

O como dijera un entrañable colega poblano, ¿será que no les gusta cómo se ven en el espejo y en vez de darse una manita de gato prefieren romperlo antes de ver reflejada su faceta “represiva”?

Tal vez el tiempo nos dé la razón, por ahora solo resta esperar a ver que cause toman las cosas.

*Las ideas contenidas en este texto son responsabilidad de su autor y no reflejan la postura de News Report MX

Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”;  cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.

Facundo Rosas
Ingeniero Facundo Rosas

Su trayectoria incluye el haber sido Director General de Terrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), Director General de Análisis Táctico de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP, Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Federal, Subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP Federal, entre otros cargos.

Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.

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