OPINIÓN | Mecanismo que no protege no sirve
En la vida real si un mecanismo de protección no cumple con lo estipulado en el contrato, es decir no sirve, se deja de utilizar y se procede a la demanda; así pasa con las bolsas de aire de los vehículos o las lonas que en teoría deberían proteger de la lluvia y de los rayos del sol.
Sin embargo, esto no pasa con el Mecanismo de protección a defensores de derechos humanos y periodistas ya que una y otra vez privan de la vida a quienes se les había asignado y no pasa nada, peor aún hay hasta quien lo defiende luego de haber fallado, como es el caso de un funcionario de la Fiscalía General de Justicia del estado de Baja California a propósito del asesinato de la periodista Lourdes Maldonado.
Está claro que si tenía asignada seguridad por parte del Mecanismo de protección a nivel local o federal, éste no cumplió con su función y terminaron privándola de la vida.
Lo anterior obliga a replantear las cosas a profundidad porque así como están no funcionan, por más que cuenten con la bendición de Palacio Nacional, simple y sencillamente siguen matando a periodistas.
Confiar que con un rondín de la policía se va proteger a la persona beneficiaria de dicho mecanismo es un error ya que en lo que llegan los policía y en lo que realizan el recorrido, quien tenía la intención de hacerle daño ya lo consumó.
Igual sucede con el botón de pánico y el teléfono celular para hacer una llamada en caso de emergencia, en lo que llega el apoyo cualquier cosa habrá sucedido, empezando por el peor escenario.
Esta más que probado que el rondín, el botón de pánico y la llamada de emergencia a través del teléfono celular asignado y nada son lo mismo, porque hay un margen de respuesta y éste será capitalizado por quien ha decidido cambiar su vida por la del usuario de dicho mecanismo y le bastarán unos segundos para lograr su objetivo.
Solamente quien no sabe, no quiere saber o no se deja asesorar podría creer que tales medidas son suficientes para un buen resguardo, pero la realidad es que no es así y un alto porcentaje de los periodistas y defensores de derechos humanos que han sido asesinados en los últimos meses y años tenían asignado el multicitado mecanismo, el cual no funcionó.
Ante este tipo de situaciones lo que habrá que revisar es el análisis de riesgos y determinar si los solicitantes corren algún tipo de peligro, de ser positivo asignarle un equipo de seguridad que le brinde protección las 24 horas del día y no de manera intermitente o aleatoria porque ésta última no le va a servir.
En caso de que el análisis determine que no corre riesgo alguno en su integridad, se tendrá que hacérsele saber con claridad y objetividad, porque todavía hoy en día habrá quien quiera traer escolta permanente porque al igual que un fio reloj suizo, dan estatus y lo hacen sentirse importante.
A éste tipo de perfiles habría que advertirles de que si quieren traer escolta para que la gente los voltee a ver cada que pasan o se bajan de un vehículo, simple y sencillamente que la paguen.
Y conste que existen varios casos en los cuales piensan que los riesgos se transfieren hasta la segunda y tercera línea de consanguinidad y por esa razón se exige servicio de seguridad hasta para los nietos.
En síntesis, si se revisara a conciencia y por parte de profesionales de la seguridad, no sus amigos, el mecanismo de protección a defensores de derechos humanos y periodistas, tal vez con los recursos humanos y materiales se podría cubrir a aquellos que realmente corren riesgos.
Si tomamos en cuenta que el mecanismo comenzó a operar en 2010, se van a cumplir 12 años y siguen haciendo lo mismo y así no se pueden tener resultados diferentes. Tomar a la ligera este tipo de funciones podría traducirse en mayores defunciones. No se puede seguir tapando el sol con un dedo o desviando la atención desde Palacio Nacional.
*Las ideas contenidas en este texto son responsabilidad de su autor y no reflejan la postura de News Report MX
Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”; cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.
Su trayectoria incluye el haber sido Director General de Terrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), Director General de Análisis Táctico de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP, Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Federal, Subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP Federal, entre otros cargos.
Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.