19 de abril de 2024

Aseguradas las cosechas de la presente temporada agrícola en Chihuahua gracias a la entrega oportuna del agua para riego

A pesar de las condiciones de sequía que se registraban antes de la temporada de lluvias que ya inició en diferentes zonas de Chihuahua, las cosechas de los Distritos de Riego (DR) en esa entidad están aseguradas para la actual temporada agrícola.

 

Ello es posible gracias a que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) garantizó la entrega en tiempo y forma del 100 por ciento del agua para riego que estableció el Comité Nacional de Grandes Presas.

 

El abasto oportuno y suficiente del líquido, así como el fortalecimiento de la infraestructura hidroagrícola –lo que también fue apoyado por la Conagua con importantes recursos federales– ha sido fundamental para que las áreas bajo riego garanticen su producción, a pesar de la presencia de condiciones climatológicas asociadas con sequías.

 

A diferencia de la agricultura de temporal –que depende sólo de las lluvias– la agricultura de riego que se practica en Chihuahua requiere del suministro total o complementario con agua de presas para satisfacer las necesidades de los cultivos a través de métodos artificiales de riego, lo cual en ningún momento ha sido comprometido por las maniobras que se realizan para contribuir al cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944.

 

A la fecha, en las presas El Granero y Las Vírgenes se cumplió ya al 100 por ciento con la entrega de agua para riego, en tanto que de La Boquilla resta por entregar únicamente un 9.5 por ciento.

 

Como ha sido una constante, se continuará privilegiando el diálogo con las autoridades, con productores y con otros sectores involucrados, para asegurar, con plena transparencia, el abasto del agua de riego para que Chihuahua se mantenga como una de las regiones agrícolas más importantes del país.

 

El Gobierno de México seguirá actuando con apego a criterios técnicos y legales, con el firme propósito de garantizar la continuidad de las actividades productivas en todas las cuencas —incluida la del Conchos, afluente del río Bravo—, la protección de las personas y su patrimonio, así como la seguridad de la infraestructura hidráulica.

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