27 de marzo de 2024

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en su edición virtual, el Instituto Nacional Electoral (INE) presentó el libro “Yo, el Pueblo. Cómo el populismo transforma la democracia”, de la politóloga Nadia Urbinati.

 

La publicación, en coedición con Grano de Sal, estudia el populismo como proyecto de gobierno y fuerza gobernante en lugar de abordarlo como un movimiento popular que transmuta los principios y reglas básicas de la democracia al grado de desfigurarla.

 

Durante la presentación, el Consejero Ciro Murayama aseguró que el libro es una pertinente discusión teórica, que no se distancia de la argumentación política, con autores contemporáneos abrevando de los clásicos y establece su clara distinción con el fascismo.

 

Agregó que, si bien el fenómeno que genera este análisis puede rastrearse desde el siglo XIX, se ha extendido en los últimos años tanto en democracias occidentales consolidadas como en otras emergentes, en gran parte producto de malos gobiernos que generaron insatisfacción sobre la democracia de partidos y la sociedad pluralista.

 

El populismo, sostuvo, no suspende las elecciones libres y competitivas y tampoco les niega un papel legítimo, de hecho  la legitimidad electoral resulta un factor definitorio en los regímenes populistas; no obstante, no es un fenómeno del todo democrático por lo que comparte bordes borrosos con la democracia y el fascismo.

 

“Está a medio camino entre ambos, lo que no deja de ser inquietante y riesgoso, pues el populismo puede deformar las instituciones representativas que conforman la democracia constitucional, el sistema de partidos, el Estado de derecho y la división de poderes”, señaló.

 

Al hacer un recuento de los distintos aspectos que aborda la autora en su libro, el Consejero consideró que el populismo aparece como una enfermedad o parásito de la democracia que se engendra y crece en ella, pero que también se extingue y muere con ella, convirtiéndose en la antesala de otro régimen que puede ser dictatorial, autoritario o fascista.

 

Destacó que la consecuencia del modelo populista de gobernar obliga a su líder a crear una nueva forma de democracia para sobrevivir y esto a su vez genera un riesgo de que se destruya a las instituciones y procedimientos democráticos de manera tal, que resulte fatal para todo el sistema político y administrativo.

 

Esto, dijo, hace imposible lograr la estabilidad por lo que está condenado a ser desequilibrado, como si estuviera en una campaña permanente o a convertirse en un nuevo régimen, que puede ser regresar al gobierno representativo usual o mal volverse una dictadura.

 

“Así pues, el populismo supone también una desinstitucionalización de la vida de las demás sociedades y el desdibujamiento de los contrapesos propios de la democracia”, añadió.

 

Por ello, citó la interrogante que se plantea la autora del libro para llevar a cabo una reflexión sobre lo que salió mal en los gobiernos en donde hoy existen regímenes populistas para provocar en el pueblo una insatisfacción tan radical.

 

“Esta reflexión sobre la igualdad y los déficits sociales y económicos de la democracia representativa me parece indispensable porque como dice (la autora) salir del populismo es muy distinto a volver a donde estábamos antes, ese antes se devaluó en el mismo momento en que permitió los éxitos populistas”, sentenció.

 

En su oportunidad, el director de la editorial Grano de Sal, Tomás Granados, explicó que a pesar de que el libro aún se encuentra en impresión, resulta fundamental iniciar una conversación sobre el tema ante el contexto actual.

 

La presentación también contó con la participación de Mariano Sánchez-Talanquer, Profesor Investigador Titular de la División de Estudios Políticos del CIDE y Guadalupe Salmorán, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

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