28 de marzo de 2024

Ciudad de México, 5 de mayo de 2021.- Una mayor recaudación fiscal, desarrollo sostenido en el campo, piso parejo entre pequeños productores de destilados y fermentados, así como una auténtica desincentivación en el consumo explosivo del alcohol, sobre todo en jóvenes, son algunos de los beneficios que traería la modernización del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en las bebidas alcohólicas.

 

En el marco del Foro “Hacia la modernización del esquema fiscal de las bebidas alcohólicas en México”, convocado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, un grupo de senadores y especialistas coincidieron en la pertinencia de modificar este gravamen.

 

El senador Gerardo Novelo Osuna, de la bancada de Morena y quien presentó una iniciativa para modernizar el IEPS, comentó que, dadas las actuales limitaciones del sistema sanitario, el problema del consumo nocivo de alcohol en México y los bajos niveles recaudatorios del país se hace necesario buscar alternativas para enfrentar estos retos cumpliendo con la promesa de no crear nuevos impuestos: “esto se conseguiría al pasar de un esquema ad valorem -que grava el precio de producción en cada etapa de comercialización de las bebidas- a un impuesto ad quantum -que impacta una sola vez el contenido alcohólico de cada bebida-”.

 

Beneficios al campo

 

Valentín Sánchez, pequeño productor de mezcal del sur de Oaxaca, expuso que la modernización del IEPS es también justicia social porque al gravarse el contenido de alcohol y no su costo de producción, traería un piso parejo para todos los productores de destilados con un impulso al campo y a toda la cadena productiva que participa en la elaboración del mezcal: “apoyar la modernización del IEPS es apoyar importantes regiones marginadas de México”, consideró.

 

Hipócrates Nolasco, presidente del Consejo Regulador del Mezcal, resaltó que las 954 comunidades que dependen de la producción de este destilado en México se verían altamente favorecidas ya que para la elaboración de 100 litros del producto se generan cuatro jornales (es decir, la cantidad de dinero que gana un trabajador por cada día de trabajo), contra lo que paga una fábrica industrializada de destilados que es nada más uno para la producción de 10 mil litros.

 

En su intervención, Sarah Martínez Pellégrini, representante del Colegio de la Frontera Norte, mencionó que la industria vitivinícola mexicana está conformada por 132 casas productoras, de las cuales, 82 son pequeñas y medianas, y aunque el vino no está asociado con el consumo explosivo del alcohol se le impone un IEPS que no tiene tanto sentido porque su consumo no está relacionado con efectos nocivos para la salud, lo que al final afecta a la palanca de desarrollo que este producto promueve en el campo, principalmente en 10 entidades del país.

 

En tanto, Jorge Vera, presidente de Clúster del Mezcal, comentó que solo cuatro países en el mundo manejan un impuesto por el costo de producción, lo que la modernización llevaría al país a tener condiciones más competitivas en la industria de las bebidas alcohólicas.

 

Beneficios a la salud

 

Los especialistas coincidieron en que el fin extrafiscal que persigue el IEPS para bebidas alcohólicas, que es desincentivar el consumo explosivo del alcohol, no se ha logrado con el actual esquema impuesto desde hace más de 40 años.

 

Juan Arturo Sabines, consultor nacional prevención y control de tabaco y alcohol de la OPS/OMS México, refirió que el impuesto por grado de alcohol es comparativamente mejor que el esquema actual para reducir el consumo y el daño en población debido al patrón de consumo de alcohol de los mexicanos: “En el país se beben grandes cantidades de alcohol en periodos cortos, se prefiere el consumo de la cerveza industrializada y, además, el aumento en el precio de bebidas baratas incidirá en poblaciones vulnerables que más las consumen; es decir, en los menores de edad y la población de bajos recursos”, dijo.

 

Sabines lamentó que exista un trato preferencial a la cerveza de los grandes fabricantes por encima del resto de las bebidas, “esto pasa cuando revisamos el esquema que existe en materia de impuestos, en el número de regulaciones y esto se ha traducido en un incremento considerable [en el consumo] de bebidas alcohólicas en nuestro país, siendo la cerveza industrializada la principal bebida”.

 

Eunice Rendón, de la Red de Jóvenes Viral y Agenda Migrante, reiteró su llamado a atender el consumo de alcohol en edades cada vez más tempranas. Dijo que ella ha documentado la facilidad de la niñez en adquirir bebidas como las “gomichelas” en 25 pesos el litro, que, además de contener alcohol, tienen altos grados de azúcar y otras sustancias que actúan como depresivos a precios muy baratos: “Hay productos que se venden como destilados de agave o licores de agave y en realidad tienen más metanol qué otra cosa, no son destilados de caña”.

 

Señaló que el esquema impositivo por grados de alcohol tiene doble virtud, “más recursos para la recaudación, que hacen sentido en estos momentos post pandemia, y se limitaría el acceso de productos de mala calidad y baratos a los niños y jóvenes”. Pidió ver la modernización del IEPS como “un tema de justicia social”, y con una recomendación de política pública para reducir su consumo con una efectiva distribución de estos impuestos a programas de salud y campañas de prevención.

 

Gabriel Farfán Mares, de la Comunidad Mexicana de Gestión Pública para los Resultados, mencionó que, según recientes estudios, el problema de alcoholismo en México tiende a agravarse al tener la cirrosis hepática como la 6ª causa de fallecimientos por cada 100 mil personas, lo que contrasta con otros países de América Latina donde las muertes por esta causa se encuentran entre los últimos lugares.

 

Para Farfán, Mares el esquema actual lo que fomenta es la informalidad e ilegalidad, especialmente en el sector de productos destilados de mayor precio y alertó que en el país se puede comprar un litro de brandy por 60 pesos, un litro de caña en 26 pesos, un litro de vodka en 65 pesos, por lo que es claro que el actual impuesto por costo de producción de ninguna manera influye en el precio en el que estos productos llegan al consumidor, ni se desincentiva el consumo explosivo del alcohol.

 

En tanto, Raúl Martín del Campo dio cuenta de la problemática del consumo de alcohol en el mundo, con un total de mil millones de consumidores, de los cuales, el 20% tiene entre 15 y 19 años: “Este impuesto no debe ser la única de las políticas, debe ser una política que vaya acompañada con las políticas que tengan que ver con publicidad, con disponibilidad, punto de venta de productos del alcohol, entonces, todo esto es un fenómeno generalizado”, consideró.

 

Beneficios PYMES

 

Cristina Barba, directora general de la Asociación Cervecera Mexicana (Acermex) que agrupa a cerveceras artesanales e independientes del país, criticó que no exista un piso parejo con la cerveza industrializada ya que, aunque son el mismo producto y con el mismo porcentaje de alcohol, las grandes productoras pueden vender una lata de 355 ml en un promedio de $12.50 contra los $35.00 que lo tienen que ofrecer los pequeños productores artesanales. Indicó que un piso parejo sería un motor de crecimiento para las Pymes y MiPymes, por lo que se verían favorecidos alrededor de 1,200 cerveceros artesanales independientes que dan trabajo a directo a 8,730 personas.

 

José de Lucas, director general de la Asociación de Importadores y Representantes de Alimentos y Bebidas (Airabac) indicó que lo único que ha hecho el actual esquema impositivo de las bebidas alcohólicas es incentivar la ilegalidad de estos productos y un fenómeno de “huachicoleo” fiscal debido a las facturas falsas o subvaluadas que declaran empresas importadoras dejando pérdidas para el fisco de 8 mil 500 millones de pesos.

 

Por su parte, Iñaki Landáburu, presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores (ANDIVYL) se mostró convencido de que la modernización del IEPS traería el piso parejo para productores, distribuidores, comerciantes, y además se combatiría la ilegalidad. “Hoy un 43% de bebidas alcohólicas que se venden pagan un IEPS que no les corresponde; además, sería más sencillo para el SAT fiscalizar a 900 productores e importadores, en lugar de 100 mil puntos de venta”.

 

Beneficio fiscal

 

En cuanto al beneficio fiscal, Guillermo Lagarda, investigador del global Policy Center de Boston University propuso comunicar a las autoridades hacendarias los beneficios de la modernización del IEPS, por medio de las experiencias en otros países que han tenido mejores resultados y una mayor simetría tributaria.

 

En tanto, Luis Foncerrada, especialista en temas fiscales, resaltó que un cambio por un impuesto por grados de alcohol no sería un esquema regresivo, ya que el principal decil de la población que contribuiría a este nuevo esquema sería el de mayores ingresos.

 

En la parte introductoria del Foro, Ovidio Peralta, de la fracción de Morena, destacó que se necesita fortalecer a empresas pequeñas y medianas que han sido productoras de bebidas alcohólicas durante la historia de México, ya que la iniciativa demuestra que “la modernización del esquema permitirá que el mercado se ajuste de forma natural, cerrando la brecha para el mercado informal”. Además, “recordó que este impuesto está fundamentado en la Constitución al perseguir un fin extra fiscal que es la protección de la salud, por lo que se cumple con los principios de proporcionalidad, legalidad, generalidad, obligatoriedad, equidad y vinculación con el gasto público”.

 

La también legisladora de Morena, la senadora Susana Harp, comentó las dificultades para conseguir esta modernización del impuesto después de un año y medio de intentar impulsar esta iniciativa sin éxito.

 

La senadora Alejandra León Gastélum, del Partido del Trabajo, manifestó que “es importante apoyar este tipo de esquemas, pues genera incentivos para la industria cervecera, vinícola, mezcalera, tequila y otros, también favorece a los pequeños y medianos productores, no solamente a los grandes productores”.

 

Por su parte, el senador panista, Gustavo Madero, indicó que “esta iniciativa tiene un componente para que haya apoyo a las industrias artesanales, así como un castigo y un impedimento para que sigan proliferando la industria pirata e ilegal adulterada de estas bebidas”. También anticipó el respaldo de su bancada al proyecto de modernización del IEPS.

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