19 de abril de 2024

Reconoce INE aportaciones de Alonso Lujambio a la democracia

Sus obsesiones intelectuales y sus acciones como funcionario público giraron en torno a la consolidación de la democracia mexicana: Lorenzo Córdova

Con un recordatorio de que la democracia debe ser valorada y no dejar que se marchite, el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó una ceremonia en homenaje a Alonso Lujambio Irazábal, con motivo de su Décimo Aniversario Luctuoso.

 

“Siempre la obra de Lujambio, sus obsesiones intelectuales y sus acciones como funcionario público, giraron en torno a la consolidación de la democracia mexicana y la garantía de derechos ciudadanos: ya sea el derecho al voto libre, el derecho a la información o el derecho a la educación”, recordó el Consejero Presidente, Lorenzo Córdova.

 

A 10 años de la partida del maestro y colega Alonso Lujambio, dijo  ante Teresa Toca, viuda de Lujambio; la Consejera Carla Humphrey; el primer director del Centro de Estudios Alonso Lujambio del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Horacio Vives; el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg y la exconsejera del IFE y excomisionada presidenta del IFAI, Jacqueline Peschard, que sus palabras siguen convocando a la defensa de la democracia mexicana, indispensable para la convivencia pacífica.

 

“Hagamos, como nos pidió Lujambio, que la democracia no se marchite; démosles lustre a las instituciones de nuestra democracia, y ésa será la mejor manera de homenajear a quien hace 10 años dejó un enorme hueco entre nosotros”, demandó.

 

Córdova Vianello dio testimonio de las principales virtudes del exconsejero del IFE al frente de la Comisión de Fiscalización, además de que fue un funcionario público de excelencia y académico estudioso del sistema político, de la alternancia y de una de las principales características del proceso de transición a la democracia: el gradualismo.

 

También enfatizó sus principales acciones como presidente de la Comisión de Fiscalización que, de manera inédita, investigó y sancionó el financiamiento ilegal de campañas políticas en los casos Amigos de Fox y Pemexgate, así como en la conformación de otro de los organismos autónomos constitucionales garantes del derecho a la transparencia y cómo junto a Jacqueline Peschard fue uno de los constructores del sistema de acceso a la información pública que poco a poco se fue robusteciendo y evolucionando hasta convertirse en el IFAI.

 

Alonso señalaba, desde aquel 2009, que la democracia es un sistema frágil porque supone la convivencia política en una sociedad abierta y crítica, añadió y lo citó textualmente:

 

“…ni el autoritarismo, ni el totalitarismo toleran el juicio ciudadano libre, ningún régimen político se somete a la autocrítica como la democracia, en la democracia se emiten juicios devastadores que otros regímenes políticos simple y llanamente acallan. En México debemos valorar lo mucho que hemos avanzado en convivencia democrática para estar en aptitud de conservar lo construido y avanzar. Dinamitar lo que llevamos, porque nos parece insuficiente, nos va a llevar a perderlo todo”.

 

Lujambio fue un conocedor avezado del diseño y evolución de los sistemas electorales

 

En el Auditorio del INE, la Consejera Carla Humphrey, convocante del homenaje a Alonso Lujambio, destacó que, desde antes de ser Consejero del IFE, ya era un conocedor avezado de los efectos del diseño y evolución de los sistemas electorales en la legitimidad democrática y política de los regímenes democráticos modernos.

 

“Decía que en las elecciones tiene que haber certidumbre en el proceso e incertidumbre en los resultados”, indicó.

 

Todas las anécdotas sobre Lujambio, rememoró Humphrey, hacen referencia a su recia integridad personal y política, “en todas siempre visible su hiperactividad, su perfeccionismo, su capacidad analítica, su claridad expositiva y su impecable argumentación jurídica, a pesar de no ser abogado”.

 

Por su empeño y trabajo a favor del régimen de transparencia y auditoría en bien de la equidad de las contiendas electorales, Humphrey consideró que hoy “a Lujambio le aprendimos que el servicio público es un honor y una distinción, pero también un compromiso; nos enseñó que la mejora continua de la ciudad, del INE y de nuestro país es un deber permanente al que no debemos renunciar nunca”.

 

Un demócrata con templanza y compromiso

 

Durante su intervención en el homenaje, el exconsejero Presidente del IFE, José Woldenberg, expresó que, a 10 años del fallecimiento de Alonso Lujambio, en los días que corren se le extraña de manera especial.

 

“Un demócrata que sabía que era necesario un cierto comportamiento para sentar lo coexistencia de la diversidad que nos modela como país, una convicción y una conducta que merecen subrayarse ante la espiral de descalificaciones autoritarias y la lumpenización de la labor política que inundan el espacio público”.

 

En tiempos de espirales de polarización que parecen alimentarse mecánicamente, advirtió Woldenberg, “la templanza y compromiso de Alonso resultan a la distancia ejemplares: sabía que el IFE era un instituto del Estado, pero autónomo y que había que laborar para fortalecerlo”.

 

“Nuestra vida política vive hoy en un tobogán degradante, por ello, políticos como Alonso Lujambio se extrañan y mucho. Es un ejemplo de vida de Lujambio lo que la buena política puede ofrecer: causas compartidas, horizonte, civilidad”, concluyó.

 

Apasionado de la ciencia política mexicana

 

En la Ceremonia Institucional con motivo del Décimo Aniversario Luctuoso, Teresa Toca, viuda de Lujambio, contó pasajes de su vida al lado de su pareja y padre de sus hijos, su obsesión y pasión por el estudio de la ciencia política mexicana, de la transición a la democracia y de su sistema de partidos y lo entrelazó con anécdotas de cómo lo acompañó de 1996 a 2003 en las sesiones del primer Consejo General del IFE.

 

Dio las gracias a José Woldenberg, quien lideró el Consejo que formó Alonso Lujambio junto con Jesús Cantú, Mauricio Merino, Juan Molinar, Jacqueline Peschard y Jaime Cárdenas, entre otros, “conscientes todos ellos del inmenso reto que tendrían por delante los años por venir y de la importancia de lo alcanzado”, pero también agradeció a Arturo Sánchez como Director de Prerrogativas, a la contadora Alma, a la Consejera Carla Humphrey y a quienes trabajaron a su lado, por su labor y amistad.

 

Se probó su honorabilidad en resolución de Amigos de Fox y Pemexgate

 

En seguida, Jacqueline Peschard narró momentos en los que compartió con Alonso Lujambio la mesa del Consejo General durante siete años y en la Comisión de Fiscalización donde resolvieron dos casos emblemáticos: Amigos de Fox y el Pemexgate.

 

Un caballero, seductor, con tiempo para armar investigaciones y escribir libros, con excelente sentido del humor, “Alonso era un intelectual en el sentido pleno de la palabra y alguien que aprecia el conocimiento como la mejor herramienta para tener una vida plena”, enfatizó.

 

Como presidente de la Comisión de Fiscalización, abundó, Alonso consideraba que era fundamental preservar la confianza entre los consejeros de un órgano colegiado, en donde el voto de cada uno vale lo mismo y las diferencias naturales entre los integrantes con frecuencia derivan en la formación de bloques que se pueden sortear con argumentos fundados en la ley”.

 

Al final, agregó, los dos casos emblemáticos requirieron de acuerdos importantes entre los consejeros y “la honorabilidad de Alonso se probó, justamente, en la manera como dirigió la investigación y la resolución de los dos casos” que fue calificada como un modelo de integridad pública, no sólo a nivel nacional, sino internacional, destacando el trabajo de la Comisión de Fiscalización.

 

El primer director del Centro de Estudios Alonso Lujambio del ITAM, Horacio Vives, definió tres dimensiones de Lujambio: como profesor del ITAM “un profesor inteligente, inspirador, divertido, exigente, histriónico, apasionado igualmente por el aprendizaje y por la enseñanza”, en seguida, como Consejero Electoral del IFE y, finalmente, como un referente en el servicio público y en las instituciones del gobierno en el Estado mexicano, su paso  en el INAI, en la Secretaría de Educación Pública y en el Senado de la República.

 

No sólo ello, dijo, también “se le extraña mucho en lo personal, por supuesto, en lo familiar, pero se le extraña mucho también en todas sus contribuciones a la parte académica y en el ámbito de la política”.

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