OPINIÓN | Las causas reales de la violencia contra las mujeres y las niñas
A pesar de que el gobierno ha generado instituciones y mecanismos pensados para erradicar la violencia de género, cada año mueren más mujeres de formas cada vez más crueles y abyectas.
Casos espeluznantes ocurridos en México, como los asesinatos de Ingrid y Fátima, nos llevan a pensar cuáles son las verdaderas causas de la descarnada violencia contra las mujeres, la cual por supuesto existe y es condenable sin duda alguna.
En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se define como violencia contra las mujeres lo siguiente:
“Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada” (ONU, 1994).
Esta definición comprende el ámbito familiar, el comunitario y el estatal.
Sin embargo, en días pasados el propio titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, proponía la desaparición del tipo penal de feminicidio, para poder clasificar de mejor manera las muertes de mujeres a manos de un agresor o agresora y evitar impunidad ante la dificultad de las autoridades de tipificar adecuadamente el feminicidio para judicializar los casos ante los tribunales.
De nada sirve tener diagnósticos realizados donde se pone de manifiesto la problemática, pero no se avanza de forma óptima en términos legales y operatividad efectiva desde los gobiernos.
Un ejemplo de ello es el Diagnóstico sobre la Violencia contra las mujeres y las niñas en el Transporte Público de la Ciudad de México, en el cual se reconoce que:
“La violencia contra las mujeres como una violación de derechos humanos, un problema de salud pública con carácter de pandemia, y un delito reconocido en las legislaciones nacional y de la Ciudad de México, la violencia contra las mujeres y las niñas en espacios públicos, especialmente el acoso sexual, sigue siendo escasamente reconocida y abordada”.
Desde 2007, México estableció, con la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el mecanismo llamado Alerta de Violencia de Género contra las mujeres, el cual se supone que una vez declarado articula esfuerzos de las autoridades de distintos órdenes de Gobierno para erradicar el problema.
Además, se han desarrollado programas financiados para combatir la Violencia de Género y se han creado Institutos y Leyes que de alguna u otra manera favorecen y fortalecen el entorno de protección para las mujeres en el país.
¿Resultado? Cada año mueren más y más mujeres de formas cada vez más crueles y abyectas.
La violencia contra las mujeres tiene al menos tres dimensiones: su extensión (porcentaje de víctimas); su diversidad (promedio de tipos de violencia) y su frecuencia (promedio de veces que se presenta) y dentro de las causales de esta violencia, considero que por lo menos deben estudiarse a mayor profundidad para diseñar políticas públicas que realmente disminuyan y abatan el problema, las siguientes:
- El alcoholismo y la drogadicción en la familia
- Las patologías mentales de hombres y mujeres.
- La conflictividad de las relaciones entre hombres y mujeres.
- Las carencias emocionales y económicas entre el círculo familiar.
- La precariedad laboral.
- La cultura de confrontación entre hombres y mujeres.
- Las formas de relación familiar de carácter autoritario.
- El creciente involucramiento de mujeres en actividades criminales registrado en estadísticas oficiales.
- Las alteraciones del comportamiento derivadas de los padecimientos mentales en mención.
Además, la ONU considera que para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, resulta indispensable:
- Atender las causas estructurales de la violencia contra las mujeres y las niñas desde sus raíces, lo que implica la necesidad de tomar acción para la prevención,
- Promover marcos normativos y de política pública que sean integrales; que tengan perspectiva de género y de interculturalidad; con enfoque de derechos humanos, en cumplimiento de los más altos estándares internacionales, y que sean efectivamente implementados,
- Fortalecer a las instituciones estatales, así como a la sociedad civil, en sus mecanismos de coordinación para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas y con recursos suficientes para esta tarea,
- Generar información estadística y evidencia que se encuentren alineados a estándares internacionales en la materia, para crear normas, políticas públicas que prevengan y atiendan adecuadamente la violencia contra las mujeres y las niñas,
- Proveer servicios accesibles de calidad para la atención de víctimas de violencia; servicios de salud y de procuración e impartición de justicia con estándares internacionales.
Mencionábamos al principio los casos tremendos de Ingrid y Fátima. En la situación específica de esta última, el descubrir que una mujer participó en el secuestro de la niña nos debe llevar a concluir que, en efecto, las causas reales de la violencia contra las mujeres son mucho más complejas que el odio y la discriminación, y tienen que ver más en la forma en la que vivimos y convivimos.
Como sociedad, estamos generando la cultura del maltrato.
- Mercedes Escudero Carmona es originaria del Distrito Federal y reconocida como una de Los 300 Líderes más Influyentes de México en 2017, 2018 y 2019.
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la FCPyS de la UNAM; con Maestría en Comunicación y especialización en comunicación política e institucional, por la Universidad Iberoamericana.
Actualmente, es Presidente de la organización CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design) Capítulo México de la Internacional CPTED Association (ICA), además de desempeñarse como Investigadora y Directora General del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana y Humana SC.