18 de abril de 2024

En política no hay coincidencias, en todo caso hay eventos aislados que alguna de las partes articula para que tengan sentido y envíen un mensaje.

Lo anterior viene a colación por el viaje que el presidente López Obrador realizó el día de antier a Nueva York en los Estados Unidos y que curiosamente coincidió con la autorización de una jueza del vecino país para que el ex gobernador César Duarte Jaques sea extraditado a México y sea juzgado en nuestro país exclusivamente de por los delitos de asociación delictuosa y peculado.

El antecedente más cercano a este anuncio es el otro viaje que realizó el titular del ejecutivo federal de México a la Unión Americana el 8 de julio de 2020, en los tiempos de Donald Trump y que curiosamente coincidió con la detención de mismísimo César Duarte.

Si mis cálculos político-matemáticos no fallan ambos forman parte de un regalo envuelto en papel «diplomático» de parte del gobierno de Estados Unidos para comprometer a su homólogo mexicano a detener a los generadores de violencia fronteriza e introductores de drogas ilícitas a su territorio, así como agilizar las extradiciones.

Otra interpretación tendría que ver con la sugerencia de líneas de acción que deberán ser incorporadas en el “Entendimiento Bicentenario” que en breve tendrá que ser traducido a algo más concreto que aquellos discursos y palabras bonitas que se dijeron ambas delegaciones cuando se reunieron el 8 de octubre en Palacio Nacional.

Y como dijeran en mi pueblo de «pilón», de «ribete» o de «chinone», el gobierno estadounidense le dijo sutilmente a López Obrador que en reciprocidad necesitan que los fugitivos que no han sido detenidos sean asegurados lo más pronto posible y extraditados a los Estados Unidos.

Más allá de estos mensaje subliminales, la presencia de López Obrador en los Estados Unidos, en la sede de la ONU para ser precisos, careció de sentido y más bien fue una conferencia “mañanera” desde Nueva York, ya que en vez de abordar los temas de seguridad y urgente paz en el mundo terminó hablando de un “Plan Mundial de fraternidad y bienestar” como mecanismo para combatir la pobreza, así como de sus programas estrella  «Sembrando vida» y «Jóvenes construyendo el futuro«, los cuales presenta como la panacea de todos los problemas de seguridad y desigualdad pero que en los hechos no hay evidencia alguna que indique que funcionen y todo se remite al discurso y la teoría.

No está mal que el jefe de Estado y de gobierno de México lleve estos temas a la ONU, pero deberían orientarlo para no parecer improvisado o fuera de lugar, peor aún, sentir  que México es el ombligo del mundo, pensando que éste termina un poquito más allá de Macuspana o de Palacio Nacional.

Es hora de que López Obrador salga de la burbuja en que se encuentra y solo le permite visualizar  los 2 mil 458 municipios, 16 alcaldías y 32 entidades federativas que integran el país según el INEGI. Los dignatarios como él deben salir con más frecuencia y acudir a otros foros dónde seguramente lo escucharán con más interés que morbo, en particular los inversionistas que quieren trabajar en México y generar empleos, pero que hoy en su mayoría andan asustados por aquello de que no saben cómo les va a amanecer.

Si en tres años solo viajó dos veces fuera del país y estos fueron a Estados Unidos, no está mal que lo haga, solo habrá que exigirle que cuando regrese traiga algo más que remesas, porque estás ayudan mucho pero no resuelven el problema de fondo de la economía que recientemente se ha desacelerado, lo que el país necesita es unir fuerzas y no dividir a los mexicanos entre buenos y malos, ricos y pobres, neoliberales y seguidores de la 4T.

 

*Las ideas contenidas en este texto son responsabilidad de su autor y no reflejan la postura de News Report MX

Facundo Rosas realizó sus estudios de Ingeniería en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde fue condecorado con la “Medalla al Mérito Universitario”;  cuenta con Maestrías en Administración y en Seguridad Pública y Derechos Humanos.

Facundo Rosas
Ingeniero Facundo Rosas

Su trayectoria incluye el haber sido Director General de Terrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), Director General de Análisis Táctico de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Coordinador de Inteligencia para la Prevención de la PFP, Subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP Federal, Subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP Federal, entre otros cargos.

Entre marzo de 2010 y febrero de 2012 atendió directamente la problemática de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua en el marco de la Estrategia “Todos Somos Juárez”.

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