25 de abril de 2024

OPINIÓN | ¿Por qué urge desaforar y encarcelar a Saúl Huerta?

En política no hay casualidades y si la maquinaria oficial está en marcha es porque la piedra en el zapato es tan grande que no les permitirá avanzar si no la quita lo más pronto posible

Por qué urge desaforar y encarcelar a Saúl Huerta

Por qué urge desaforar y encarcelar a Saúl Huerta

Nunca como antes desaforar y encarcelar a un diputado había sido tan urgente como al todavía diputado federal por el Distrito XI de Puebla, Benjamín Saúl Huerta Corona, acusado de abuso sexual de un menor de 15 años de edad en la Ciudad de México.

De no ser por su fuero, ese que la autodenominada 4T dijo que desaparecería, hoy estaría preso en algún reclusorio de la capital del país y los internos le estarían dando su “bienvenida” como acostumbran hacerlo, dada la naturaleza del delito que presuntamente cometió.

Pero a todo esto, ¿A qué obedece tanta urgencia de los dirigentes y legisladores de Morena, así como de la jefa de gobierno de la CDMX y del propio jefe del ejecutivo federal por meter a Saúl Huerta a la cárcel? ¿Por qué no hicieron lo mismo con Félix Salgado Macedonio y David Monreal, cuando el primero fue denunciado por varias víctimas (una de ellas por cierto dada por muerta por la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena), mientras que del segundo existe evidencia gráfica (video) de haber tocado los glúteos a la candidata a presidenta municipal de Juchipila, Zacatecas?

La respuesta es muy sencilla: en el actual proceso electoral los tiempos de campaña son más cortos que en otras ocasiones, por lo que mantener en sus filas a un legislador acusado de abuso sexual como Huerta Corona, quien fue detenido en “cuasiflagrancia”, significa el rechazo de un amplio sector de la sociedad que podría reflejarse en las urnas el próximo 6 de junio; con mayor razón si no lo detienen, por lo que más rápido que tarde los dirigentes del partido en el poder decidieron pisar el acelerador a fondo para liberarse de él.

Recordemos que en política no hay casualidades y si la maquinaria oficial está en marcha es porque la piedra en el zapato es tan grande que no les permitirá avanzar si no la quita lo más pronto posible. Si no lo creen revisemos algunas de las etapas de este complejo procedimiento.

Todo inició con la difusión de la noticia de que un menor de edad solicitó la intervención de la policía preventiva de la CDMX debido a que en un hotel de la colonia Juárez había sido abusado por un diputado de Morena de nombre Saúl Huerta Corona, procediendo a su aseguramiento y traslado a las oficinas del Ministerio Público; sin embargo, por contar con fuero fue puesto en libertad en forma inmediata e incluso le dio tiempo de votar a distancia.

Cuando la noticia se hizo viral, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, el poblano Ignacio Mier Velasco trató de justificar el hecho al señalar que había sido en su vida personal.

Al día siguiente el ejecutivo federal declaró estar “en contra de cualquier abuso” y a partir de ahí la maquinaria de Morena comenzó a operar para deslindarlo del partido e iniciar la ruta rumbo a su encarcelamiento, de no hacerlo tendrá efectos negativos inmediatos.

En menos de una semana Huerta Corona renunció a la reelección como diputado por el Distrito XI de Puebla, fue separado del grupo parlamentario de Morena en San Lázaro, le fueron retirados sus derechos partidarios (político-electorales) por parte de la CN Honor y Justicia y sólo queda pendiente su expulsión.

Por su parte, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX solicitó ayer su desafuero ante la Cámara de Diputados, para posteriormente detenerlo y enviarlo a prisión preventiva. Todo en fast track.

Sin embargo, las últimas tres etapas se llevarán varios días, debido a que los tiempos políticos y jurídicos no siempre se alinean a favor de quien persigue, a no ser que la orden venga desde Palacio Nacional, como sucedía en el pasado, aunque la autodenominada 4T pregone que “no somos iguales”, claro que no son iguales, son los mismos.

De muestra basta un botón, tanto el coordinador de Morena en el Congreso (Ignacio Mier Velasco), como el dirigente de Morena (Mario Delgado) y el propio Saúl Huerta Corona, tienen antecedentes de haber militado en el PRI.

La lista podría crecer si el abanico de presuntos delitos se abre, pero muchos mexicanos sabemos que no pasará nada y en el caso de Saúl Huerta, sólo se trata de un “chivo expiatorio”, mejor dicho “un depredador con piel de caprino”.

La preocupación en este momento es que el “plumaje” de los candidatos e integrantes de Morena no se vea manchado por este tipo de incidentes porque pondría en riesgo su mayoría en el Congreso y daría ventajas a sus contrincantes.

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